Enseñar periodismo
martes 18 de octubre de 2011, 19:34h
El intento de intromisión del Consejo de Administración en los
contenidos informativos de TVE es un hecho sin precedentes en un sistema
democrático. La rectificación de este acuerdo ha sido atribuida por
sus miembros al revuelo que ha provocado su decisión y no a una actitud
impresentable que debería acarrear la dimisión de todos aquellos que se
han inclinado por violentar la libertad de expresión. Desconozco, por
otra parte, si es normal que los consejeros de un hospital acudan con
frecuencia a examinar la labor de un cirujano durante una intervención
quirúrgica en un quirófano y, llegado el caso, ofrecerle algunas
indicaciones al respecto. Creo que no es así.
La resolución del consejo de TVE interpreta de forma clara el deseo
irrefrenable e indisimulado de un amplio sector de la clase política,
sobre todo la que detenta el poder, de intervenir en los medios
informativos públicos y privados. Pero pone de relieve también su
absoluto menosprecio por el ejercicio de la profesión periodística, la
única que está presente en la Constitución, a la que considera peligrosa
y tan fácil de desempeñar que existe el convencimiento de que se puede
ejercer sin la menor formación previa.
La actual crisis económica ha ahondado en una situación, con amplios
precedentes, en la que la clase política campa a sus anchas en algunas
empresas periodísticas que aceptan sus sugerencias en contenidos
informativos e incluso en los organigramas. Esta actitud no siempre se
justifica por una coincidencia ideológica sino también por una
contribución económica al sostenimiento de las compañías a través de
diversos instrumentos. El que paga, exige.
El mundo del periodismo sufre a diario en España unas agresiones que no
se corresponden con la esencia de su misión. Mientras periodistas bien
situados imparten doctrina desde sus columnas, otros más modestos pero
posiblemente más eficaces y poco valorados, recorren las calles de sus
ciudades para buscar historias interesantes que rara vez encuentran el
reconocimiento profesional.
Los medios informativos están plagados de profesionales mal pagados,
cuando no becarios, que sin recibir una formación práctica adecuada son
enviados a cubrir informaciones complicadas cuyos resultados no están,
lógicamente, a la altura de calidad que se puede exigir a un medio
informativo. Pero hace tiempo que la calidad ha dejado de ser un valor
en alza. Se hace lo que se puede.
Es posible que los consejeros de TVE, conscientes de este problema,
hayan decidido contribuir a la enseñanza del periodismo con sus propias
aportaciones personales a los textos y a las imágenes de los
periodistas. Y no somos capaces de mostrar el más mínimo agradecimiento.
Carlos Roldán. Periodista.