Hoy presentará su informe la Misión de Observadores Electorales de la Unión Europea. No obstante, anteayer anunció una recomendación de gran importancia para el Ecuador el portugués José Ribeiro e Castro, jefe de los observadores de la UE: "el reto mayor para las fuerzas políticas del país es conseguir que se termine este clima de campaña electoral permanente" y por tanto se fortalezca la institucionalidad.
Los seis procesos electorales en tres años han generado ese clima. Pese a que el presidente Correa ha reiterado su voluntad de continuar en campaña, al concebir su función presidencial como la de un motivador que busca levantar la autoestima" del país, no siempre son compatibles los intereses del candidato que se halla en campaña y los del gobernante que tiene la obligación de tomar decisiones en función del bien común, las cuales no siempre son siempre populares, ni favorecen conseguir votos o mantener y acrecentar la popularidad.
Con el escrutinio del 51% de las actas electorales hasta el cierre de esta edición, Correa registraba una votación del 51% con una diferencia de 24 puntos porcentuales en relación con el candidato que lo sigue, el coronel Lucio Gutiérrez, de Sociedad Patriótica.
En realidad, el amplio triunfo del presidente Correa hace menos necesaria la campaña permanente. Pero, sobre todo, exige privilegiar las acciones de gobierno a la continuación de una innecesaria campaña electoral. La más seria oposición a la cual tiene que enfrentar el presidente es la de la crisis económica. Los indicadores en rojo de la economía del país, a la que este año ingresarán alrededor de $4 000 millones menos que en 2008 por la caída del precio del petróleo, de las remesas y la reducción de las exportaciones, imponen dejar la confrontación y ataques desplegados por el mandatario como parte de su permanente campaña para procurar acciones de consenso también con el 49% de electores que no votó por él.
Opinión de HOY
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