Los periodistas y los medios de comunicación no debemos ser noticia a menos que hayamos muerto o los hayan cerrado. En las últimas horas hemos asistido con enorme tristeza e impotencia a la muerte del compañero
Luis Mariñas y al cierre de CNN+. Y, ¿qué podemos hacer? La cruda realidad nos sacude a la cara la respuesta: NADA. Pero, ¿habría alguien que podría haberlo hecho? Sin duda, pero ha conseguido un buen sillón en otro lugar olvidando las lecciones de periodismo que impartió en el pasado donde la ética y la deontología parecía prevalecer en los medios bajo su dirección. Hasta ahora, una mala gestión en el mundo de los negocios significaba el despido, forrado, pero despido al fin y al cabo. Ahora, en esta España despistada, sin rumbo, sin timonel político, todo vale y sólo el dinero tiene la palabra. En eso no hay nada que reprocharle al máximo responsable de Telecinco,
Paolo Vasile, porque habla claro y no esconde sus intenciones profesionales: “prestigio, prestigio, el 20% de audiencia. El 9% no da prestigio” ni dinero, claro y aquí estamos como el título de esa mala película de cine, “Todo por la pasta”.
En un momento donde una buena parte de la sociedad española reclama la recuperación de principios y valores básicos, con el Rey a la cabeza, resulta que los tiburones que se han hecho con el poder en casi todos los sectores imponen la cuenta de resultados como
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único argumento. Por supuesto que las empresas están para ser rentables haciendo un buen trabajo, pero en el caso del cierre de CNN+ estamos ante una degradación social porque se cambia una forma de hacer televisión, calidad, interés, profesionalidad, entretenimiento, debate con otra forma de embarrar la televisión. Está claro que la iniciativa privada puede tomar decisiones respecto a lo que quiere hacer con un canal de televisión, pero habría que recordarle a la administración su responsabilidad en la concesión de las licencias y las condiciones que se recogen sobre los contenidos y el servicio público que prestan. La clase política mira hacia otro lado para no enfrentarse con este poder mediático y hace dejación de sus obligaciones.
La empresa explicó este martes, último día de emisión de CNN+, que el canal perdió 40 millones de euros en los últimos tres años, y las perspectivas eran las mismas para los próximos. Los números están ahí, pero seguro que estamos hablando de algo más que de números de cara a la sociedad por lo que supone de degradación social el cambio que se va a producir. Es muy paradójico que los principales canales de televisión privada en España estén en manos italianas, mayoritariamente Telecinco, con unos contenidos que no podrían hacer en Italia. Sufrimos el todo vale en España y cada día es más urgente que nos paremos a reflexionar los cambios urgentes que necesita un gran país como España donde la crisis hace estragos y hace que nos cuestionemos muchas, muchas cosas que ocurren con total impunidad.
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