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¿Qué mosca le ha picado a ASAJA?

¿Qué mosca le ha picado a ASAJA?

¿Qué mosca le habrá picado a Asaja? Es la pregunta que se hacen los cerebros pensantes (no confundir con los sesudos pensadores) de la Junta. ¿A qué obedece tan díscolo comportamiento del sindicato agrario afín, tan cercano ideológicamente al PP?

Y es cierto que en el plazo de muy poco tiempo la organización que lidera  Donaciano Dujo ha tenido dos iniciativas no muy del agrado de la Junta.  Una ha sido la de impugnar determinados acuerdos adoptados en el primer Consejo de Administración de la nueva caja, más conocida entre nosotros como  “Caja España y de todos los Santos”. Una impugnación que ha molestado por igual a PP y PSOE, ya que tiene como objeto evitar la estratagema urdida por ambos partidos para mantener el mamoneo político (la “mamandurria”, que diría el colega Graciano Palomo) en la entidad que ahora preside Evaristo del Canto.

La otra iniciativa es la de manifestarse mañana ante la sede de las Cortes regionales en disconformidad con el trato que recibe el sector agrario en los Presupuestos de la Comunidad para 2011. Esto otro obviamente solo molesta, y mucho, a la Junta, que no acierta a comprender a que responde  tanto cabreo de Donaciano y los suyos. Todavía lo hubieran entendido en la anterior legislatura, durante la cual las relaciones entre Asaja y el consejero José Valín (que bebía los vientos por la UCCL) fueron tormentosas. Pero ese desencuentro quedó atrás al llegar Silvia Clemente a la Consejería.

¿A qué obedece entonces tanto rebote de ASAJA?, siguen preguntándose los aludidos cerebros pensantes.  Puestos a elucubrar, un móvil estratégico sería que la alianza sellada entre COAG y UPA obliga al sindicato a ponerse las pilas reivindicativas si no quiere perder comba en el sector. Pero a lo mejor todo es mucho más sencillo y resulta que el campo tiene motivos objetivos para sentirse maltratado por la Junta y decepcionado con su presidente, quién no ha cumplido ni de lejos los compromisos asumidos con las Opas. Por ejemplo, la aprobación en esta legislatura de la Ley de Desarrollo Rural de Castilla y León, cuyo anteproyecto, redactado por la Consejería de Agricultura, se guardó hace unos meses en el cajón por decisión tomada por la vicepresidenta primera, María Jesús Ruíz, con el consentimiento del presidente Juan Vicente Herrera.
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