¿Y si los funcionarios boicotean al señor Mango?

Todo el mundo periodístico coincide que los casos que han monopolizado las últimas broncas llevan los nombres de León de la Riva, Pérez Reverte y Sánchez Dragó, tres deslenguados.  Sin embargo, también ha dado que hablar el dueño de la empresa textil Mango, Isak Andic, que ofreció en Santander la primera rueda de prensa de su vida tras aceptar asumir la presidencia del Instituto de la Empresa Familiar. En ella pidió al Gobierno que aplique a los nuevos funcionarios una retribución variable y una estabilidad en los puestos de trabajo similar a los de la empresa privada.

El señor Mango, que diría don Emilio Botín, no supo bien en el berenjenal en el que se metía: declarar la guerra a los funcionarios. Algunos sindicatos de empleados públicos de Castilla y León han barajado la posibilidad de boicotear las nueve tiendas que Mango tiene en la región.

Lo que Isak Andic desconoce es que en esta Comunidad se registra la tasa de 66,4 empleados públicos por cada 1.000 habitantes, lo que supone que detrás de cada 15 ciudadanos de Castilla y León se esconde un funcionario.

Y si nos circunscribimos a Valladolid, donde existen dos tiendas de Mango, se da la circunstancia de que en la provincia trabajan 37.317 funcionarios de todas las administraciones. Los que dependen de la administración autonómica, unos 19.000 en Valladolid, serían, de llevarse a cabo el boicot, los primeros en secundarlo.