Archivo Histórico del Guayas

Cuando mi hija menor –proyecto de historiadora- supo que se iba a cambiar la dirección del Archivo Histórico del Guayas, automáticamente creó una página de Internet para protestar frente a tal desacierto. Me interesé en el asunto y sólo confirmé lo que ya sabía. El reciente informe del Banco Central sobre el tema, expresa:

“El archivo histórico del Guayas es uno de los pocos centros de investigación, análisis y pensamiento social del país, que se preocupa por estudiar la problemática de las etnias e identidades socioculturales locales, regionales y nacionales”.

“ El Archivo Histórico del Guayas es por lo tanto, una institución que goza de prestigio a nivel local, regional y nacional, por su voluntad, firmeza, y decisión de combinar la investigación y el análisis científico con la defensa de los valores de las culturas e identidades costeñas, para estudiar, comprender y valorar su vital aporte en pro del desarrollo nacional”.

Resulta sorprendente en el Ecuador de hoy, la existencia de una institución así. ¿Hay acaso otra,  que goce de “prestigio local, regional o internacional” en este régimen?

Y la razón de tan encomiable gestión es clara. El informe la atribuye a “...la gran experiencia y demás cualidades profesionales que posee el señor José Antonio Gómez Iturralde..”.

No creo conocer personalmente al señor Gómez. Dudo que él sepa siquiera quién soy. Pero es inaceptable que quien ha desarrollado tan formidable labor, deje de hacerlo.  Todos sabemos de dónde provienen las manipulaciones para agredir a Guayaquil y a sus habitantes.
  
José Antonio Gómez no necesita que nadie lo defienda. Su labor se defiende por sí sola.  Él debe seguir dirigiendo el AHG, y la ciudad de Guayaquil -agradecida-  debe rendirle el  tributo que merece por constituir un verdadero ejemplo para las futuras generaciones. Pensar lo contrario —como decía Talleyrand— “no es un crimen, sino una estupidez”. No hay por ahí muchos como el señor Gómez.

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