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2007: Balance de un año movido

2007: Balance de un año movido

Tembloroso ha sido el fin de año para los chilenos. Y hay que tomar las palabras en su más estricto sentido literal. Hasta la llegada de la Navidad, se han sucedido numerosos temblores en el norte del país, mientras aún se mantiene la alarma tras los temblores del 2006 en el extremo sur, y en la segunda quincena de diciembre se sumaron los sismos en la zona central.

Sin embargo y más allá de los temblores, en Chile el año 2007 se divide en dos: la primera parte es hasta el 10 de febrero y la segunda (la conflictiva, la difícil, la “mala”) desde el 10 de febrero en adelante. Y eso, porque ese día fatal se comenzó a aplicar el sistema de transporte público de Santiago, que lleva el nombre de Transantiago.

Hasta entonces los casi 6 millones de santiaguinos tenían un mal sistema de transporte para ir de sus casas al trabajo y viceversa. Pero desde entonces, y pese a las buenas intenciones de las autoridades, el sistema de transportes es mucho peor. Lo paradójico es que el Transantiago ha atravesado todo el escenario político, económico y social del país. Lo más probable es que el Gobierno de la Presidenta Bachelet, que se inició en marzo del 2006 con tan buenos augurios y tantas esperanzas, pase a la historia como el Gobierno del Transantiago.

Transantiago pasó a ser casi una mala palabra, y a estas alturas, en los últimos días del año, la oposición rebusca los nombres de los funcionarios responsables y trata a toda costa de implicar al ex Presidente Ricardo Lagos, quien en su período (2000-2006) diseñó el plan y dejó todo listo para que se echara a andar cuando él ya no iba a estar. Todo ello lo impulsó a pedir excusas por los errores cometidos durante su administración.

2006, el primer año del Gobierno de la Bachelet, estuvo marcado por la repentina irrupción del masivo movimiento de protesta estudiantil. El 2007 lleva la marca del Transantiago.

En el plano exclusivamente político, llamó la atención la sorpresiva reaparición del ex candidato presidencial de la derecha, Joaquín Lavín, quien estrenó un nuevo término: el “bacheletismo-aliancismo”. Lavín se presentó en el palacio de Gobierno como un nuevo superman y le tendió la mano a una presidenta agobiada por los problemas, que incluso ya hablaba de intento de “femicidio político”.

Lavín quebró los esquemas de gobierno y oposición y se rebeló contra los “duros” de su sector, que estaban felices de que las cosas no fueran bien para la primera mujer Presidenta en la historia de Chile. Se hablaba incluso de la teoría política del “desalojo” –estrenada por el senador Andrés Allamand- para enfatizar en la idea de la alternancia en el poder.

Tras la reaparición de Lavín se conformó a nivel presidencial el Consejo para la Equidad, mientras siguen funcionando los equipos de trabajo para la reforma educacional y se anticipan las bases de la reforma previsional.

 Se mire como se mire, Chile será distinto tras el período de Gobierno de Michelle Bachelet. Consolidada ya la democracia que se había perdido en el larguísimo período de la dictadura militar que encabezó Pinochet, los chilenos recuperaron también el derecho a la protesta pública. Sólo así se entienden los numerosos conflictos sociales con huelgas, tomas y ocupaciones de caminos, que se registraron durante el año.

Los más bulliciosos son las deudoras habitacionales Con una estrategia de irrumpir sorpresivamente en actos y espacios públicos (21 de mayo, actividades presidenciales, Congreso Nacional, piletas de la Plaza de la Ciudadanía, residencia de la Presidenta, etc.) la Asociación Nacional de Deudores Habitacionales (Andha Chile) se mantuvo en la agenda medial.

Por fin alcanzaron un compromiso con los diputados de todas las bancadas para instalar una mesa de negociación, pero no han cesado en sus bulliciosas protestas, que obligaron a reforzar la protección personal de la Presidenta.

Otro sector fue el de los 20 mil trabajadores subcontratados en los yacimientos de cobre, que fueron a la huelga y protagonizaron masivas movilizaciones. El hecho se vio como un resurgir del sindicalismo y una protesta justa de un sector postergado. Saltó a la agenda la exigencia de igual sueldo para igual trabajo y se relevó la riqueza que produce hoy el país, en forma paralela a una injusta repartición de la misma.

La Iglesia Católica irrumpió con la propuesta del “sueldo ético”, que proyectó una imagen de agente mediador. Fue entonces que se creó el Consejo para la Equidad. El tema ahora es esencialmente la distribución de la riqueza.

Con otras palabras, es lo mismo que Chile propuso en el ámbito internacional como eje de la Cumbre Iberoamericana del mes de noviembre, que se realizó en Santiago: la cohesión social. El concepto ha alcanzado tal fuerza, que Chile lo proyecta como una tercera alternativa para el desarrollo, rechazando el esquema simplista de neoliberalismo globalizador o revolución socialista. De paso, con ello Chile se atraviesa en el camino del Presidente venezolano Hugo Chávez, que exhibe su modelo autodenominado “socialista del siglo XXI”.

El 2007 ha redoblado el esfuerzo por la seguridad de las personas, fortaleciendo las medidas contra la delincuencia. Pero en forma paralela ha surgido un nuevo fenómeno casi inédito en la vida de los chilenos: la violencia (en los estadios, en la vida familiar). Al recordarse 34 años del golpe de Estado, la noche del 11 de septiembre iluminó a quienes pensaban que habíamos retomado la paz ciudadana. El empleo de numeroso armamento, en manos de civiles, impulsó una exitosa campaña para la destrucción de las armas de fuego.

En los estadios se ha acrecentado la violencia de los fanáticos del fútbol, pero lo que más inquieta a todos es el alto número de femicidios. La Presidenta Bachelet ha enfatizado en la defensa física de la mujer, pese a lo cual han muerto en el año más de 60 mujeres, a manos de sus parejas.

La frase del año vino a pronunciarla en Chile el Rey Juan Carlos de España (¡por qué no te callas!) y en el deporte destacó lejos la buena actuación internacional del tenista Fernando González y la incorporacion al fútbol del entrenador argentino Marcelo Bielsa, que ha disciplinado y ordenado a la selección nacional, haciendo renacer en muchos la esperanza de llegar al próximo mundial de ese deporte.

El ex presidente peruano Alberto Fujimori puso obligatorio fin en septiembre a su permanencia en Chile, al ser extraditado a su país por la Corte Suprema. En el campo de los derechos humanos, se multiplican las condenas contra los agentes de la dictadura de Pinochet, partiendo por el ex poderoso jefe de la Dirección de Inteligencia, Dina.

La familia del ex dictador sigue enredada en sus líos con la justicia e intenta justificar el origen de la inmensa fortuna que amasó Pinochet durante y después de su gobierno.

El invierno trajo fuertes nevadas en Santiago y se prolongó una inusitada onda polar. Se dijo que ello podía deberse al calentamiento global, que quiebra los esquemas de un año movido en todos los sentidos.

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Leonardo Cáceres
Periodista
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