¿Sirve ZP para pedalear cuesta arriba?

  El personaje ZP ha navegado siempre con viento a favor, le ha sonreído, y él ha sonreído a la suerte, ha tenido "baraka" y una auténtica "flor en el culo" que ha venido siempre en su amparo no siendo en absoluto la menos olorosa la que le han ofertado, en forma de radical torpeza, errores de bulto y disparates suicidas, sus rivales políticos. Fue el Aznar de la soberbia de los últimos años, cuando se creyó en la cima del mundo y en realidad se metía en el fango de Irak, y es ahora el PP cainita, plagado de ambiciones y ex ministros, quien le otorga en bandeja sus victorias, con la inestimable ayuda de algunos periodistas metidos a ayatollas y que pretenden desde sus minaretes dictar y dirigir las políticas.

   Zapatero, desde que salió de la oscuridad de su escaño de años donde no había televisión que le enfocara ni sonrisa, ni talante ni carisma, no tuvo apenas que pedalear cuesta arriba para ganar las etapas y conseguir el premio final del maillot oro. Le bastó con dejar en la cuneta a los pinchados por el llano y a los despeñados por las cuestas. Tampoco ha sudado en los años de Gobierno. Los problemas que ha tenido más que por la situación general o la oposición puntual le han venido por él mismo, con estatutos en el filo del separatismo y en las entrañas de los privilegios y en procesos de paz y negociaciones con ETA cuyo único rédito fueron dos asesinatos y muchas mentiras.

   El presidente de la sonrisa, aunque la Moncloa ya le haya marcado en la cara el rictus, no ha tenido montañas ni puertos ni esas subidas de apretar los dientes y dejarse el resuello. Porque España iba bien, muy bien, hasta mejor que con Aznar. Riqueza, crecimiento, trabajo, bonanza, futuros despejados, alegría de consumo y dinero barato. Como pedalear cuesta abajo. Lo único que había que hacer era no caerse en una curva. Hasta ahora. Lo que cambia, lo que está cambiando, por muchos conjuros de meiga-ministra que salmodien "detente" a las hipotecas, ni lindos "dondiegos" de Congreso que profeticen que los 60.000 parados más serán coyunturales, es que empieza para España y para los españoles la cuesta arriba. Que empiezan los problemas, que la economía tose, que el bolsillo está agujereado, que el dinero no llega y las deudas ahogan, que el ladrillo se tambalea, que empieza a no haber trabajo para los que llegan y tampoco para los que estaban.

   Y esa en realidad va a ser la pregunta esencial para esta nueva época. ¿Zapatero va a servir para pedalear cuesta arriba? Esa es la lógica y legítima duda que pueden y deben plantearse los españoles. Para el tiempo que viene, ¿es Zapatero el hombre que mejor puede dirigir la nave, es quien mejor puede hacer frente a la adversidad, es quien mejor puede torear las "vacas flacas"? Responderla de una u otra manera nos dará la clave de las próximas elecciones generales.