Dichas fuentes indicaron que después de que un operario observara la presencia de una serpiente en la bodega del aparato, se procedió a la aplicación del "procedimiento habitual". Por tanto, el avión fue inmovilizado hasta que los agentes del Seprona no lo registraron y encontraron en su interior un animal vivo y otros dos muertos.
Después de que los agentes comprobaran que no había más animales dentro del aparato, la aerolínea procedió a su limpieza para volver a ponerlo en servicio.