red.diariocritico.com

Los periodistas ‘pueden’ con Zapatero

Misterio. Son varios los medios informativos que hablan de contactos recientes del Gobierno -porque el ‘número dos’ del Ministerio de Exteriores es, al fin y al cabo, Gobierno- con la banda ETA. Pero el Gobierno, por múltiples medios, insiste en desmentirlo todo. De manera tajante e inequívoca. Personalmente, no sé a qué carta quedarme: cuando, hace ya muchos meses, tenía alguna información sobre contactos socialistas con el oficialmente desaparecido Josu Ternera, discretamente me lo confirmó quien podía hacerlo. Me dijo, entonces, la verdad: la versión de cara al público era que Ternera andaba fugado. Pero se admitía, lejos de los micrófonos, que estaba perfectamente localizado y hasta tutelado en su enfermedad por el Estado español, porque hacía falta un interlocutor. Sería por aquello de la necesidad de estar siempre informado de lo que planea el enemigo, como nos vino a decir hace un mes Zapatero, quizá como justificación de algunos encuentros ‘casuales’ -y pasados: siempre, asegura, anteriores al atentado de Barajas- con la banda.

Ahora, no estoy seguro de a qué carta quedarme, lo digo con franqueza: alguna fuente del socialismo vasco insiste en asegurar que las conversaciones con la banda terrorista se mantienen, o se han mantenido hasta muy recientemente, y periodistas y medios a los que considero muy solventes lo reflejan con gran lujo de detalles. Pero, al tiempo, oficialmente todo son negativas tajantes e indignadas, tanto pública como privadamente . Pienso que el secretario de estado de Exteriores, Bernardino León, persona de gran capacidad y prestigio, no se dejaría embarcar en unos desmentidos acerca de su presunta y reciente entrevista con ETA, desmentidos que, si se mostrasen falsos, podrían acabar con su carrera. Y, por cierto, con la credibilidad que le quede al conjunto del Gobierno, generalmente considerado, en esta materia, menos fiable que las informaciones periodísticas en contrario, a tenor de lo que se dice en las tertulias radiofónicas y en los mentideros varios de la capital.

Constato un enorme desconcierto en los canales de comunicación del Gobierno, así como errores sin cuento derivados de las actitudes personales del presidente Zapatero en esta materia, y en absoluto achacables a ninguno de sus colaboradores. Si un primer ministro no resulta mínimamente fiable en una materia como esta -y nadie le puede pedir que se ‘radie’ una negociación con ETA, pero sí que no mienta sobre su existencia-, puede que no lo sea en ninguna. Y eso es el fin para cualquier gobernante. Son muchos los que creen que, efectivamente, llegar a la paz con la banda del horror y poner fin a cuarenta años de pesadilla es algo que precisa, junto a las vías policiales, de algún tipo de negociación en la que jamás, por supuesto, se ceda en lo que de ninguna manera se puede ceder. Y en lo que patentemente no se ha cedido, al menos todavía, por mucho que los que se cierran en banda a todo lo que no sea ‘que vengan con el carné en la boca y las armas entregadas’ digan lo contrario: que sí, que el Gobierno está dispuesto a ‘entregar’ Navarra, a liberar a De Juana, a dejar que Otegi actúa a sus anchas, a excarcelar a no sé cuántos presos…

Cierto: el Gobierno de Zapatero quiso agarrar el toro por los cuernos, emprendiendo una negociación cuando hubo mínimos signos de que era posible llegar a buen puerto. Quizá se mostró demasiado blando con la banda, quizá toleró que alguien como De Juana se riese de todo el sistema, quizá creyó que lo que le decían gentes como Arnaldo Otegi era lo que pensaba y deseaba toda la banda. Sin duda, Zapatero interpretó mal los datos y propició que ETA interpretase mal, a su vez, la benevolencia con la que era tratada. Pero ZP no ha cedido nada irreversible y parece estar en el camino de la reconsideración de algunos de sus planteamientos errados. Veremos si es capaz de hacerlo: de momento, en el importantísimo campo de la comunicación persiste en lo que yo pienso que son no pequeñas equivocaciones.

Piénsese en la trascendencia e importancia que tiene cuanto estamos tratando. Ha habido conspiraciones periodísticas contra algún presidente, al que se trató de derribar al margen de las urnas; ha habido avalanchas de críticas, justificadas o menos justificadas, en los medios de comunicación contra algunos otros presidentes, que salieron tocados del lance, aunque el tiempo les haya ido haciendo justicia. Lo que no ha habido nunca, hasta ahora, es un inquilino de La Moncloa que haya sentido en el cogote el aliento estrepitoso que anuncia el fracaso porque los hechos, tozudos, desmienten sus versiones. Así que concluyo como empecé: misterio. ¿Qué versiones creer, qué pensar, en quién, en qué, confiar? No es pequeño dilema, no.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })