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Concluyó su mandato el útlimo día del año

Se fue Kofi Annan

Se fue Kofi Annan

El 31 de diciembre Kofi A. Annan terminó su doble mandato como secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, y, al cabo de diez años, como "presidente del mundo", entrega la silla al surcoreano Ban Ki-moon, quien ya juró el cargo la semana pasada. Llega así a su fin una de las más difíciles gestiones que haya enfrentado secretario alguno de la ONU, pero, al mismo tiempo, la culmina con buena nota.

Su decenio ha sido considerado como uno de los mejores que ha tenido la Organización desde que se fundó en 1948. El ghanés Annan se ha distinguido por su preocupación por recortar la brecha entre países ricos y pobres, promover las soluciones pacíficas y defender la legalidad internacional por encima de los intereses particulares de los 192 países miembros.

En 1997, cuando resultó elegido por la Asamblea, fue el primer africano subsahariano en ocupar el puesto que antes detentaron tres europeos, un egipcio, un asiático y un latinoamericano. "Personaje de buen talante y noble figura, fue bendecido con carisma y elocuencia", dice James Traub, autor del libro que mejor evalúa su gestión.

¿Consiguió realizar sus intenciones? Solo en parte. Tras un brillante primer gobierno, en el segundo estalló la guerra de Irak, su más difícil prueba. Al promover la desobediencia contra la ONU y armar una alianza de países que apoyaron las acciones de hecho, George W. Bush se convirtió en su archienemigo. Los políticos conservadores estadounidenses expresaron su desprecio por Annan y, a raíz de unos negocios poco claros de su hijo Kojo con una empresa suiza contratista de la ONU, lo acusaron de corrupción. Una comisión especial investigadora lo declaró inocente en marzo del 2005, aunque criticó la débil vigilancia ejercida sobre las actividades de Kojo. Pese a todo, el fracaso de la invasión de Irak sirvió para reivindicar a Annan y su valiente defensa de la legalidad internacional.

Al retirarse, el diplomático de 68 años deja un mensaje que resume en seis puntos: todos respondemos por la seguridad de todos; la prosperidad global debe producir beneficios colectivos; seguridad y progreso dependen del imperio de los derechos humanos y la ley; los Estados deben responder por sus actos; el único vehículo para conseguir las metas anteriores es el sistema multilateral.

Annan se marcha. Deja un satisfactorio balance. Y empieza la era de Ban Ki-moon, un funcionario de carrera que se posesiona en momentos difíciles, con el terrorismo, la amenaza nuclear, las pandemias y la miseria como protagonistas. Y con la Organización de las Naciones Unidas atravesando quizá el momento más crítico de su historia, en medio de un proceso de reforma interna que la adapte a las nuevas condiciones internacionales y la salve de la irrelevancia en la que estas, en ocasiones, amenazan sumirla.
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