Dijo que no va a cambiar la Constitución
Cristina pidió que la "Justicia acometa también contra las corporaciones que han devastado al país".
Cristina Fernández de Kirchner cerró con un discurso el
seminario "La sociedad le habla a la Justicia", que se dictó
durante toda la jornada en la Universidad Nacional de La Matanza, con la
participación de académicos, abogados, jueces, camaristas, fiscales,
científicos, periodistas y miembros de numerosas Ongs entre otros.
En su extensa alocución estuvo acompañada en el estrado por
Susana Trimarco, madre de la joven Marita Verón, secuestrada en un caso de
trata de personas; Estela Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo; Pablo Ferreyra, el hermano del asesinado
Mariano Ferreyra, y Sergio Burstein, de la AMIA.
La
Presidenta afirmó que esos dirigentes, como otros familiares
de víctimas de la violencia que participaron de los paneles, "están
representando lo que podemos denominar claramente los problemas, los dramas y
las tragedias de la justicia argentina".
Sostuvo que "han
querido instalar que la inseguridad es un problema que apareció como un repollo
hace tres o cuatro años" y estimó que esa idea apareció cuando "comenzaron a
surgir voces que antes no surgían, y que de repente pareciera que solamente
durante los gobiernos populares y democráticos se produjeran hechos de
inseguridad, como para que la gente pensara que 'no importa que tengas trabajo,
que tengas un sueldo, que te vaya bien, si total salís a la calle y te matan'".
"Por eso -afirmó- la primera gran ecuación que tenemos que
resolver en Argentina es justicia y seguridad íntimamente vinculadas, con
fenómenos contemporáneos como el narcotráfico y las complicidades también".
La mandataria recordó cuando fue asesinado Mariano Ferreyra,
sólo una semana antes del fallecimiento de Néstor Kirchner, y afirmó que
"es público y notorio que la prueba que incriminó, el testimonio que incriminó a los condenados
por el crimen, lo consiguió Néstor Kirchner, una tarde de desesperación, porque
rehusó que volviera a producirse lo que pasó con Kosteki y Santillán en el
2002; eso lo desesperó, lo hizo lanzarse
a la búsqueda" de pruebas para hallar a los culpables, y agregó que "todos
sabemos que hay entramados que debemos derribar para que finalmente pueda haber
justicia en la Argentina".
Cristina indicó que "el segundo gran problema es volver a
vincular la justicia con la igualdad, significa igual trato ante la ley de
todos los ciudadanos" porque "uno observa que hay justicia de dos velocidades:
una justicias que si los implicados son corporaciones poderosas, con poder de
presión sobre jueces, fiscales y políticos, la justicia tiene un ritmo, aunque
no generalizo".
"Hay una agenda mediática de la justicia", cuestionó, y
advirtió que "no puede tener una agenda mediática, debe tener la agenda de la
sociedad: juzgar y castigar a los culpables, cualquiera sea su rango, condición
social, ubicación política o corporativa".
En otro tramo de su discurso estimó que "tenemos que decir
que sin una correcta articulación entre el Poder Judicial y las fuerzas de
seguridad, se torna básicamente imposible llevar adelante un buen plan de
seguridad para toda la Nación".
En su presentación en La Matanza defendió los seis
proyectos de ley de Reforma Judicial que envió al Parlamento, auque aclaró que
"nadie crea que esto es un milagro o la panacea porque eso no existe ni acá ni
en ninguna parte del mundo" y destacó el
"abierto y amplio debate" a que fueron sometidos los proyectos al punto de
haber sufrido "importantes modificaciones en el debate parlamentario".
Destacó que la Constitución Nacional
"debe leerse completa, del principio hasta el final", y no ser interpretada
según las inclinaciones particulares, aunque afirmó que "tampoco significa que
esta Constitución sea perfecta: esta
Constitución sabemos que para ser una verdadera y profunda reforma de la
justicia debería ser modificada, pero no voy a proponer ninguna modificación de
la Constitución,
y por eso envié estos seis proyectos".
"Las reformas son
instrumentos que tratan de mejorar, pero no son la panacea, y tampoco voy a
creer en las vestales de la
Constitución", dijo la presidenta.
En su mensaje final Fernández de Kirchner aseguró que "todos
recurren a la justicia como gran equilibrador" y por eso afirmó que "queremos
también una justicia que con el mismo rigor acometa también contra las
corporaciones que han devastado al país, que han saboteado al país, que se han
apoderado de su patrimonio" lo cual "no van a poder hacerlo si hay una sociedad
entera que reclama justicia, igualdad, legitimidad: dèmosla, se la merecen, en
nombre de toda la historia".