red.diariocritico.com
Las urnas convalidaron el amplio consenso de la política exterior

Las urnas convalidaron el amplio consenso de la política exterior

El pueblo acaba de decir en las urnas que éste es el camino a seguir, como enfatizó la Presidenta. Siguiendo ese mismo trazado estratégico Argentina volvió también desde 2003 al escenario internacional y salió del pasivo papel de conejillo de Indias, devenido en paria, en que la habían dejado. Pasar por esa terrible experiencia interna (default, desempleo, pobreza e indigencia), y haber salido con éxito, es lo que ahora le da a nuestro país, justamente, la autoridad para hacer escuchar su voz en el concierto internacional y reclamar, por ejemplo, la reforma de los organismos multilaterales de crédito. Ese camino pudo recorrerse gracias a una hoja de ruta de principios muy claros, como la promoción de los derechos humanos, la integración regional, la defensa de la paz, de la estabilidad democrática y del respeto al derecho internacional. Ése ha sido, precisamente, otro mensaje de las urnas. Una amplia mayoría política -contando el oficialismo pero también otras fuerzas- respaldó con su voto la unión con el Mercosur, el fortalecimiento institucional de la UNASUR y la búsqueda de una seria reforma de los principales organismos políticos internacionales para darles mayor representación. Todo ello sin mencionar, claro, la unanimidad que concitan los reclamos pacíficos de nuestra soberanía en las Islas Malvinas. En una nueva era de integración latinoamericana, la construcción conjunta con nuestros vecinos sudamericanos se ha convertido en el eje de la política exterior. Como bien dijo el canciller Héctor Timerman, no existe la diplomacia apolítica: hacer o dejar de hacer algo siempre, siempre, tiene consecuencias. Y si hay un ejemplo para destacar en ese sentido es el de Néstor Kirchner, cuya decidida acción en la constitución de la UNASUR llevó tanto a la defensa de la estabilidad democráctica en el Ecuador presidido por Rafael Correa como a la reconciliación histórica de Colombia y Venezuela tras una situación de tensión. En términos simbólicos, ello explica que los presidentes de la región no hayan dejado pasar siquiera horas para saludar personalmente por su reelección a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y todos sin excepción con un emotivo recuerdo para los gestos personales y políticos de Néstor Kirchner. Pero en términos prácticos, Argentina ha llegado por ese camino a asumir la responsabilidad de presidir durante 2011 el Grupo de los 77 (G77) más China, el foro más importante de países en desarrollo representados en la ONU, desde el que lleva adelante una agenda de asuntos tan vitales como la reforma de las instituciones financieras o la búsqueda de un acuerdo sobre cambio climático que proteja a nuestro planeta a través de la renovación del Protocolo de Kyoto. Lo mismo puede decirse del rol de nuestro país dentro del selecto Grupo de los 20 (G-20) países desarrollados y en desarrollo conformado para debatir una salida a la crisis de especulación financiera que ahora sacude al mismo Norte al que se le agotaron algunas de sus propias recetas clásicas. Argentina ha logrado asimismo en estos años protagonizar la aprobación de un histórico instrumento jurídico internacional, la Convención Internacional sobre Desaparición Forzada de Personas, y trabaja activamente en otro instrumento de Derechos Humanos como es la Convención Internacional sobre los Derechos de Adultos Mayores. En su reciente discurso ante la Asamblea General de la ONU, la Presidenta volvió a reclamar con razón la reforma de la organización, máxima representación de la multilateralidad, pero sin la debida correlación ya con este mundo más plural, más diverso. Argentina ha puesto y seguirá poniendo especial énfasis en la reforma del Consejo de Seguridad y el régimen de miembros permanentes con poder de veto heredado de un realidad de pos II Guerra Mundial totalmente superado. Los méritos de haber tomado esa dirección convierte hoy a la Argentina en candidato de la región América Latina y Caribe para ocupar uno de los asientos no permanentes del Consejo de Seguridad para el período 2013-2014. Otra ocasión para reafirmar su compromiso con la seguridad y la paz mundiales, pero también de aggiornar una de las instituciones multilaterales más importantes del mundo. Cada uno de estos pasos, y otros más o menos importantes en nuestro regreso a los escenarios internacionales, fueron dados con la misma dignidad y autonomía con la que el pueblo acudió a votar el 23 de octubre. Ese veredicto sonó fuerte: cuando salgamos de casa hacia el mundo, vayamos por el mismo camino. Jorge Argüello Embajador argentino ante Naciones Unidas
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios