Con el mayor respaldo institucional

Casi 28 millones de argentinos están habilitados para elegir mañana entre nueve candidatos al presidente de la Nación que gobernará durante el séptimo mandato constitucional desde la reinstauración de la democracia en 1983, al tiempo que se renovarán 130 de las 257 bancas de diputados, 24 de los 72 escaños del Senado y los mandatos de nueve gobernadores provinciales. Tras el significativo resultado de las primarias, los pronósticos coinciden en que Cristina Fernández de Kirchner será reelecta para un nuevo período, con la única duda de si repetirá el 50,2% de las internas, o si relegará al 51,7% por ciento de Raúl Alfonsín en 1983, sólo superado por Juan Domingo Perón en 1973, con el 62%. Las nueve elecciones provinciales de mañana completarán el mapa de otros 13 mandatarios ya electos, en una tournée que se inició en Catamarca el 13 de marzo y que favoreció ampliamente al kirchnerismo, ya que sólo fue derrotado hasta ahora en Capital Federal y Santa Fe, en tanto un gobernador propio o un aliado ganaron en los restantes distritos. Entre el primer triunfo de Lucía Corpacci en Catamarca y el del rionegrino Carlos Soria -ambos con casi el 50% de los votos- el kirchnerismo sólo fue derrotado en la Capital Federal por Mauricio Macri con el 62,5% en segunda vuelta y por el santafesino Antonio Bonfatti con 38%. En este turno, celebró los triunfos del misionero Maurice Clos (77,2%), el del salteño Juan Manuel Urtubey (58%), el del tucumano José Alperovich (70%), el del riojano Beder Herrera (casi 70%) y el del chaqueño Joge Capitanich, (66,5%). En Córdoba, el gobierno tuvo una sensación agridulce con el triunfo del justicialista José Manuel De la Sota (42,6%), ya que no presentó candidato propio. Tres aliados del gobierno nacional se impusieron -además- en Chubut, Tierra del Fuego y Neuquén: Martín Buzzi venció por poco al kirchnerista Carlos Eliceche (36,7 a 36,5%); la gobernadora fueguina Fabiana Ríos, que sacó poco más que una décima a la oficialista Rosana Bertone (50,2 a 48,9%) y el neuquino Jorge Sapag, que se impuso en su provincia con el 45,5%. En esta oportunidad, no se vota gobernador en Santiago del Estero, porque Gerardo Zamora asumió en 2008, ni tampoco en Corrientes, porque Ricardo Colombi comenzó su mandato de cuatro años en 2009, a raíz de sendas intervenciones federales. Si las encuestas se verifican en las urnas, el kirchnerismo podría perder mañana sólo una de las nueve gobernaciones que se disputan, ya que el candidato de los hermanos Rodríguez Saá, Claudio Poggi, resultaría el tercer mandatario distrital opositor al gobierno nacional, aunque el radical Roberto Iglesias dará pelea en Mendoza. Convencidos del triunfo de Cristina, la mayoría de los candidatos presidenciales centraron sus campañas en la elección de legisladores nacionales, para lo cual algunos llegaron a pedir que, si era preciso, cortaran la boleta. El oficialismo reclamó, en cambio, que voten a sus legisladores para apoyar la futura gestión de la actual Presidenta, en tanto la oposición insistió en la necesidad de un control republicano del Ejecutivo en el Congreso Nacional. Los pronósticos de los consultores sobre la base del resultado de las primarias también favorecen al kirchnerismo en el terreno parlamentario, fundamentalmente por la poderosa tracción que Cristina ejerce sobre todas las listas de legisladores. La Cámara de Diputados cuenta con 257 bancas y se renuevan 130 en este turno, de las cuales 49 pertenecen al Frente para la Victoria (FPV), 17 a la UCR, 13 a la Coalición Cívica, 10 al Peronismo Federal y 14 al conjunto de fuerza que integran ahora al Frente Amplio Progresista. También se elige quienes ocuparán otros 24 escaños de partidos menores, algunos de los cuales son aliados del kirchnerismo. Una de las mayores incógnitas de la elección es precisamente si el oficialismo alcanzará la mitad más uno en la cámara baja. Observadores de la oposición -interesados en advertir sobre un control hegemónico- calculan que si se repite la votación de las internas, entre propios y aliados, el futuro gobierno de Cristina Fernández de Kirchner contaría con los 129 escaños necesarios para imponer proyectos de ley. Los oficialistas recuerdan, en cambio, que el bloque del FPV cuenta hoy con 86 bancas y que 49 deberán ser renovadas, por lo que para alcanzar el quórum propio es sumamente difícil, por no decir imposible. Sea como fuere, todos coinciden en que entre propios, aliados y algunos peronistas que se reincorporen al redil, la bancada oficialista se acercará al quórum necesario para que el gobierno supere los problemas que le generó el llamado Grupo A en los últimos dos años. También en el Senado el oficialismo podría consolidar el número actual, en el cual logra imponerse con una inestable mayoría, de acuerdo con cada proyecto. La cámara alta tiene 72 bancas y se renuevan sólo 24. De ellas, 15 pertenecen al FPV, 5 al peronismo disidente, 3 a la UCR y una al imprevisible Carlos Menem. Con sumar tres bancas, el oficialismo podría ser mayoría. En concreto Cristina Fernández de Kirchner puede convertirse en la presidenta con el mayor apoyo institucional desde 1983, con un enorme respaldo popular, al menos en 20 de los 24 distritos gobernados por propios o aliados y la primera minoría en ambos cuerpos legislativos nacionales, que -apoyados por aliados- pueden llegar al quórum propio. De todos modos, en política uno más uno no siempre es dos