Escritos en libertad: Cenáculo de alcaldes

En política, hasta la continuidad es cambio y en estas semanas previas a las vacaciones los ciudadanos vivimos asaltados desde los medios de comunicación por los más variados planes de nuestros políticos. En León, por ejemplo, el nuevo alcalde va a destruir un amago de parque infantil que el anterior regidor colocó hace apenas seis meses como excusa para no reconocer el fracaso de la remodelación prometida en el paseo mítico de Papalaguinda. Tal vez no merezca este asunto mayor calificativo que el de anécdota, como sin duda lo es otra la idea de Emilio Gutiérrez de crear, a semejanza del Consejo de Estado que agrupa a los expresidentes del Gobierno, un Consejo municipal integrado por los exalcaldes. Si el proyecto se lleva a término, el encuentro de los exregidores dudo que fuera muy operativo, pero la foto tendría su morbo. En la imagen estarían Juan Morano, José Luis Díaz Villarig, Luis Diego Polo, si su delicado estado de salud se lo permite, Mario Amilivia y Paco Fernández. Honra a quienes piensan que algo siempre se puede aprender del pasado y que la experiencia siempre es un grado. Pero lo que seguramente en conversación particular aportaría algo de reflexión y criterio, que después el nuevo alcalde podría o no tomar en consideración, es dudoso que sea igualmente operativo si se constituye un Sanedrín municipal, porque seguramente algunas heridas no han cicatrizado y porque hay personas que tienden a creerse en posesión de la verdad y hasta del tiempo La política se práctica en demasiadas ocasiones con artillería de grueso calado, como la empleada en su día para derribar a Villarig cuando su oponente le presentó como una bofetada su pasado tarambana de juventud en la portada de un periódico sumado con sumo interés a la misma campaña. O el cinismo de utilizar la compra de un frasco de brillantina para una operación de acoso y derribo tan vergonzosa como eficaz para sus fines, que hoy pondría colorado a tanto gurtel político como anda suelto y enredado en mafias no siempre relacionadas con el ladrillo y el asfalto. Vamos, que la buena intención de Emilio Gutiérrez seguramente se quedará en eso, en la intención. Fernando Aller. Periodista.