Tanto ruido para nada. Amenazas de huelga, entrevistas explosivas, declaraciones contra todos los partidos políticos, descalificación de las televisiones... Y luego, como en el conocidísimo soneto de Cervantes al túmulo de Felipe II luego... "fuese y no hubo nada". O sea que la Liga de Fútbol Profesional, tras tanta polémica y tanto asustar con dejarnos sin partidos este fin de semana... para nada.
Bastó que el inefable José Luis Astiazarán, presidente de la Liga, fuera recibido este martes por el aún secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, para que se bajara los pantalones, tragara quina y anunciara que desconvocaba la huelga: o bien aceptando el auto que este miércoles iba a dar la juez a la que se lo pidieron los 6 clubes 'rebeldes' de la Liga, o bien, si no era así, convocando una asamblea extraordinaria para desconvocarla.
¿Ha cambiado algo? ¿Ya no habrá partido en abierto los sábados? ¿Se ha aumentado a los despilfarradores clubes el dinero de las quinielas? Nada de nada de sus exageradísimas en el fondo y la forma peticiones. No. Simplemente han visto la impopularidad de la medida entre todos los aficionados, sin distinción de equipos, e incluso entre patrocinadores y donde dije digo, digo Diego desconvocando el cierre patronal disfrazado de huelga.. La impresentable asociación patronal, o sea, la Liga, y su impresentable presidente Astiazarán amenazaron... para nada. Por fortuna.
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