red.diariocritico.com
Rebeldes, gadafinos y la tajada internacional

Rebeldes, gadafinos y la tajada internacional

Hemos llegado a un punto en que simplificamos todo; o somos buenos, o malos. Acabo de llegar de Libia donde he vivido un periplo lleno de sensaciones. Mi trabajo en el terreno ha sido básicamente hablar con líderes de la oposición y rebeldes, no he tenido acceso a los de Gadafi y, el único contacto con ellos no ha sido precisamente plato de buen gusto. Pero volviendo a los opositores, tengo mis dudas de la imagen que la prensa estamos dando de ellos y sobre todo del propósito del apoyo de los occidentales en la zona; me explico. Cuando cruzas la frontera de Egipto con Libia, y hasta que llegas a Tobruk, viajas por el desierto, por una carretera inhóspita, donde el panorama son unas cuantas de casas huérfanas, plantas petrolíferas y un par de cárceles abandonadas, con las puertas abiertas y las alambradas cortadas, sin ningún preso en su interior. Precisamente cuando llegué a Tobruk y entrevisté al líder de la oposición de esa zona al este del país, le pregunté qué había ocurrido con las prisiones, por qué estaban abandonadas. El destino de esos presos, mucho de ellos por delitos de sangre, ha sido unirse al bando revolucionario. Así es, en el bando revolucionario tenemos a buenos que luchan por un mejor futuro y a malos que, muchos estarán convencidos de la necesidad de un cambio y otros tantos luchan porque hay que luchar. Antes de nada, que quede claro: por mi Gadafi se puede convertir en pasto de gusanos que yo no podría ser más feliz. Dicho esto, a mí, desde el principio, me ha parecido diferente lo que pasó en Libia del resto de las revoluciones árabes. No hubo manifestaciones que hubieran triunfado en Bengasi y desde allí se fueran extendiendo al resto del país. Por el contrario, de golpe y porrazo amanecimos con una mayoría del país tomada por hombres bien armados que no se sabe bien ni quiénes son, salvo que muchos pertenecían previamente a las administraciones civil y militar de Gadafi y los demás son el pueblo oprimido. Más que a una revolución popular me recordó a un golpe de estado fallido -fallido porque no consiguió derrocar el poder y se convirtió en una guerra civil-. Ahora la intervención occidental. El acabose del paripé. Evidentemente a nadie importan los derechos humanos ni la democracia ni nada por el estilo. China y Rusia se abstuvieron en el último momento para no rememorar la humillación de Kosovo, porque sabían que la OTAN iba a terminar interviniendo de todas formas. El circo está servido,  pero es un error pensar que todo está previsto y controlado. Ha habido un margen enorme para improvisaciones y el escenario post bélico sigue completamente difuminado, la OTAN no tiene un plan y los occidentales ya nos estamos frotando las manos  con la tajada que podemos sacar de todo esto. Exactamente no es que esté en contra de la intervención, pero esta intervención llega tarde y no promete demasiado. Se ha hablado mucho de una zona de exclusión aérea, ¿dónde está?, se ha hablado mucho de apoyo a los líderes, ¿qué hemos hecho a parte de armarlos? Los aviones internacionales empiezan a bombardear a diestro y siniestro, ¿Quiénes son civiles, quienes militares de la oposición y quienes ‘gadafinos’?  Occidente podría haber acabado con Gadafi mucho antes, podría haberle hecho un bloqueo internacional, pero no, lo hemos acogido en nuestros regazos cada vez que ha visitado cualquiera de los países, le hemos ‘ofrecido el oro y el moro’ y en ese momento su opresión no nos ha parecido tan mala… hemos esperado a que el pueblo estallara para ver la oportunidad, porque Gadafi no se convirtió en dictador el pasado 17 de febrero –día en que empezó todo-, este señor lleva 42 años de abusos, asesinatos, detenciones arbitrarias, desapariciones y atentados terroristas patrocinados en el extranjero… Está claro que es el malo malísimo de esta historia, pero creo que volvemos a confundirnos, creo que volvemos a imponernos y, después de haber estado en el terreno,  no sé cómo va a acabar esta historia, porque los rebeldes tampoco quieren una imposición occidental. Es su guerra, es su sangre y quieren luchar de manera violenta. A occidente nos quieren por las armas pero, ¿qué va a pasar si finalmente derrocamos a Gadafi? Ya hemos dicho que nos vamos a quedar. ¿Qué pensarán los libios de eso? ¿Radicalizaremos aún más a la sociedad? Yo lo veo claro: es muy difícil que de esto salga un cuento con final feliz… Desde Libia: "Sólo le pedimos a Gadafi pequeños derechos, no grandes lujos" "Nunca me arrodillaré ante Gadafi para pedirle que no me mate, antes le pediré que acabe conmigo" Historias desde la frontera: cientos de refugiados se amontonan sin ningún destino Crónica en vídeo de nuestra enviada especial a Libia
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios