Deficiente participación

En la Asamblea de Montecristi el oficialismo impulsó la creación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) con el objetivo de despartidizar a los organismos de control. Pero en la práctica, ni siquiera este ha podido consolidar su propia independencia. El denominado Quinto Poder cumple un año de funciones y luce muy débil; con la consulta, el presidente incapacitó una de sus más influyentes funciones: la designación de autoridades. Lo ocurrido con los vocales del Consejo de Participación Ciudadana es un atropello que ha puesto en tela de duda la dignidad de ellos. Desafortunadamente lo han aceptado con resignación. Al no contar con los mecanismos legales para hacer respetar el ejercicio de su competencia, menos aún sin una Corte Constitucional idónea, solo cabía la renuncia colectiva. Pero han preferido mantenerse en el cargo sin contradecir al mandatario y su círculo de poder. De continuar por esa senda, seguirán celebrando cumpleaños y emitiendo informes de “rendición de cuentas”, pero a la fecha el Cpccs está muerto en vida y evidencia el fracaso de los ideólogos del organismo.