LA COMUNIDAD DE MURCIA ASFIXIADA ECONÓMICAMENTE

    Pasan los días y se incrementa la asfixia económica de la Comunidad Autónoma Murciana que ha tenido que cerrar la caja pagadora, dando lugar a una crisis económica sin precedentes en la historia reciente.

    Tal hecho además, lleva consigo que un considerable número de empresas no puedan cobrar sus ventas y servicios a la Administración Pública Regional, y la situación de crisis se les contagie de forma inexorable, con las perniciosas consecuencias que hoy día tiene este tipo de situaciones, pues el crédito bancario también está restringido, ya se sabe que los banqueros ofrecen “paraguas en días soleados, pero no cuando hace falta”.

    Así pues nos encontramos en una calamitosa situación que genera mayores perjuicios económicos y sociales por las consecuencias que se derivan de una espiral de impago, que paradójicamente arranca en este caso del sector público regional, que debería de estar auspiciando y fomentando la actividad económica en busca del pleno empleo. Pero claro, esto sucede cuando se han “hecho bien los deberes”, no cuando los números de la contabilidad pública regional muestran el fracaso del control económico del gasto público del ejecutivo de Valcárcel, pese a lo cual, a día de la fecha, ningún responsable político, ni siquiera del área económica de la Comunidad Autónoma ha dimitido, ni tampoco ha sido cesado por el presidente de la Comunidad, enrocado en una defensa numantina de su desacertada política, señalando a los demás como culpables de sus propios errores.

    Al principio fue el cuento de la falta de adecuada financiación por el incremento del censo electoral; posteriormente ha sido el del supuesto “estado de sitio” en que el gobierno socialista tiene sometida a la Región murciana por estar regida por un gobierno autonómico conservador. Y sin embargo, ni la primera excusa, ni la segunda se nos antoja con suficiente fundamento como para ser la explicación de esta difícil situación. Puesto que si así fuera, la Comunidad Valenciana gobernada por el PP también habría sufrido igual trato que Murcia, y no ha sido así; Castilla la Mancha, gobernada por el PSOE estuvo como Murcia hasta que hechos sus deberes contable-financieros han tenido su autorización.

    Por consiguiente, hay que decir las cosas como son. Pues además, en el Consejo Interterritorial que se aprobaron por unanimidad los criterios económicos de endeudamiento público aplicados, estuvo representado el gobierno murciano, y la decisión fue unánime. ¡Luego, ustedes dirán…!

    Más bien, todo apunta al hecho cierto e incontrovertible de una calamitosa gestión económica del ejecutivo regional murciano en los últimos años, sin apenas controles eficientes de gasto, y sin previsión de cambio de ciclo económico –tanto que lo atribuyen los dirigentes del PP al gobierno de ZP, que ellos no se lo aplican en sus gobiernos regionales, como en el caso de Murcia, de no haber previsto la crisis-, con la consiguiente caída de ingresos, sin una correlativa disminución de gastos, sino todo lo contrario, incluido el proyecto del aeropuerto de Corvera, tranvías en Murcia, nuevos hospitales de Cartagena y Mar Menor…, etc. Además del consiguiente incremento de la nómina de personal con la generación de nuevos procesos selectivos de contratación de personal público. Y junto con ello, la confianza de la “feliz y triunfal gobernación”, ante una ”pírrica” acción opositora, que ha colmado de excesiva confianza y despreocupación el control de la situación, hasta que se “ha ido de las manos”, por ser tarde. Momento en que Valcárcel ni se cuestionó pasar la cuenta a los empleados públicos de la Región, que tanta contestación pública ha generado, obligándole a dar marcha atrás.

    Así en el día de hoy, el máximo responsable de las finanzas del Servicio Murciano de Salud dice públicamente en un periódico regional que el “plan confirming”, que no es otro que un “plan de deuda” de la sanidad pública murciana, parece estar en el aire por falta de crédito, lo que supone constatar la ausencia de medios de pago a proveedores de la sanidad regional, que esperemos que no llegue a comprometer seriamente la prestación de este esencial servicio público, pues en ese caso la ciudadanía difícilmente lo entendería.

    Por consiguiente, esperamos algo más que echarle la culpa a Zapatero, y desde luego, auténticas medidas que solucionen esta difícil situación, en vez de pasar de la megalomanía triunfal a empezar a reconocer que no se tiene un euro. ¡Con ese planteamiento no parece muy lógico abordar un proceso electoral…!.