El 'caso' Mourinho

   Pese a Internet, pese a la globalización y pese a que el mundo lleva siglos y siglos de civilización, todavía hay gente que confunde valor con precio. Es el caso de Mourinho, entrenador del Real Madrid. Un personaje altanero cuyas groserías y salidas de tono se diría que prenden desviar la atención para que los aficionados no reparen en sus escasos logros como entrenador de un gran club que, a todas luces, se equivocó al contratar sus servicios. Hace un par de semanas se metió con el entrenador del Osasuna y  antes de ayer ofendió a los seguidores del Málaga al menospreciar a Pellegrini, su entrenador, al tiempo que despreciaba al club subrayando su actual posición en la Liga y sus modestos recursos económicos.

   Estamos ante un nuevo rico. Un tipo que debe pensar que el dinero lo es todo en la vida. Analizando lo que dice, cómo lo dice y la prepotencia que destilan sus palabras cualquier sicoanalista establecería un cuadro de personalidad inquietante. Un tipo egocéntrico que actúa a impulsos de una personalidad megalómana. Teniendo en cuenta que no es más que un entrenador de fútbol y que lo que su pretendido saber aporta a nuestra sociedad no es otra cosa que crispación, soberbia y mal rollo, tengo para mí que habría que rebajarle los humos. Ya que presume tanto de dinero (olvidando que gana millones en un país con cuatro millones de parados), se me ocurre que el Fisco debería tomar cartas en el asunto. Tanta prepotencia de nuevo rico está llamando a voces a un inspector. También creo que Florentino Pérez, que es un caballero, debería ponerle en su sitio. O mejor aún: prescindir de sus servicios.