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José Luis Méndez

Entre CAP y Chávez

Entre CAP y Chávez

Exactamente un año después de Caldera, muere Carlos Andrés Pérez y con él desaparece también el último de los caudillos de la Venezuela democrática del siglo XX. Carlos Andrés Pérez o CAP como popularmente se le conocía, fue el primero en alcanzar la Presidencia de la República en dos oportunidades dentro del marco de la Constitución de  1961 y también el primero y el único en ser destituido de su cargo.

Resulta curioso, por no decir jocoso, echar una mirada a estos doce años de chavismo y pensar luego, que CAP o algún otro, hubiese podido ser enjuiciado por malversar 250 millones de bolívares de la partida secreta de la época,  financiando campañas políticas en Nicaragua y en otros países.  ¿Cuantos “Sierra Nevada” pudiéramos encontrar en nuestra historia reciente?, si de regalos a Bolivia o a Cuba se trata. Claro está que ahora no existe un “cicerón” como en aquel  entonces,  que haga las veces de censor moral por televisión, ni un Fiscal General con espíritu justiciero o un Poder Judicial que quiera pasar a la historia.

No es nuestra intención justificar ninguna manifestación de corrupción, pero sería poco objetivo recordar a CAP solo por este capítulo y no por el balance de su obra completa. De hecho, la comparación de sus ejecutorias políticas durante sus casi diez años de gobierno en dos periodos distintos, sin continuidad, con los doce años ininterrumpidos de Chávez, habla por sí sola. Veamos.

En materia de política exterior y de presencia internacional, CAP restableció relaciones con La Habana en diciembre de 1974, después de 13 años, lo que no fue óbice para que a pesar del malestar de Washington, fuese recibido por el presidente Carter con bombos y platillos. Abrazó la causa tercermundista y se opuso a la dictadura de Somoza, apoyando la candidatura de Violeta Chamorro en Nicaragua. Formó parte protagónica de las negociaciones sobre el Canal de Panamá junto con su amigo Torrijos y fue el artífice  en 1975, junto con Echeverría, presidente de México, del  Sistema Económico Latinoamericano, SELA,  con sede en Caracas. A través de Fondo de Inversiones de Venezuela creado en su primer gobierno, mantuvo una política de subvenciones y de ayudas económicas cuantiosas con muchos países del Caribe y Sur América. En su  segunda presidencia mantuvo relaciones internacionales y de amistad con Fidel Castro, Felipe Gonzalez y Jaime Paz Zamora, este último presidente de Bolivia, entre otros, así como con el Secretario General de la ONU Javier Pérez  de Cuellar, con quien formó parte del equipo negociador del proceso  de  paz en El salvador. Y aun pudiéramos seguir, solo para darnos cuenta de que la actuación internacional de CAP sería la envidia de cualquiera.

En el plano interno, la nacionalización durante su primera presidencia de corte populista, de las industrias básicas  del hierro con el izado simbólico de la bandera nacional en el Cerro Bolívar, estado Bolívar, en enero de 1975, y del petróleo, un año después, con la constitución de PDVSA, destacan por si solas, como actos políticos trascendentales que hubiesen sido el sueño de cualquier mandatario, mas aun de uno socialista o un nacionalista, de esos que viven proclamando la soberanía y el antiimperialismo. Ciertamente, CAP les robó este sueño a sus sucesores. Además, en materia de políticas sociales, fue el autor, para bien o para mal, del Decreto de Inamovilidad Laboral, posteriormente convertido en Ley, así como de cuantiosas inversiones en  obras públicas que buscaban mejorar el empleo y el poder adquisitivo del trabajador.

En su segundo gobierno  de corte neoliberal, el Plan Económico Global, conocido como “el paquete”,  ajustado a los requerimientos del Fondo Monetario Internacional, conllevó a aumentar el precio de la gasolina y de los servicios públicos, mientras que en materia social estableció un programa de aumentos salariales, becas alimentarias, hogares de cuidado diario, programa de consolidación de barrios, apoyo a las microempresas, fortalecimiento de programas de salud infantil y de ambulatorios. Antecedentes indudables éstos, de las “misiones” actuales. Hasta se constituyó una comisión presidencial para la lucha contra la pobreza. Además, fue el propio CAP quien propuso una Constituyente cuando las cosas se le pusieron chiquititas, aunque no tuvo eco.

Si los “álter egos” en verdad  existen, cabría pensar que de alguna manera CAP representa el “álter ego” frustrado de Chávez o más bien, su otro yo por realizar. Que la historia lo diga.

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