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El avance de la política social sobre la represión

El avance de la política social sobre la represión

Diciembre es un mes caliente. Buenos Aires quema por las altas temperaturas de la época estival, pero también por las maniobras de quienes se aprovechan de la necesidad ajena para abonar la teoría de “cuanto peor, mejor”.

Peor para el pueblo, para los que sufren, para los necesitados. Mejor para ellos. Para los Duhalde, los Macri, los Magnetto, quienes imaginan un escenario de caos que los erija como los paladines del orden y, como ellos mismos dicen, sin sonrojarse, de la represión.

Lo verbalizaron ayer mismo Elisa Carrió y el Jefe de la Policía Metropolitana, Eugenio Burzaco, quienes cuestionaron la decisión del Gobierno nacional acerca de que la Policía Federal no porte armas de fuego para controlar las protestas sociales.

La toma del Parque Indoamericano fue el escenario general para esa puesta en escena.

Se utilizó la necesidad de decenas de familias que sufren la falta de vivienda digna y que son destratadas por el Gobierno porteño. Gobierno que subejecuta el presupuesto condenando a los sectores de mayores carencias al desamparo y la desesperación.

Según la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la administración de Mauricio Macri no ejecutó $ 591 millones destinados a la construcción de viviendas, en tanto desvió ese dinero para otras áreas. A su vez, el mismo Gobierno cerró el ingreso de proyectos de obra para trescientas cooperativas.

El diseño de un fin de año dominado por el caos, fue completado por las pantallas de televisión de los medios hegemónicos, que a fuerza de repetición y escasa rigurosidad en el tratamiento de la información, elaboraron la sensación de ciudad descontrolada, de estallido social.

En ese contexto, Macri señaló a bolivianos, peruanos y paraguayos como responsables del caos y la violencia. Así, prescribió la represión como receta. Propuesta nada original que buscó curar el dolor de cabeza decapitando, sin recordar siquiera las funestas consecuencias que dicha política tuvo en la Argentina, tanto en dictadura como en democracia.

Sin embargo, fue la Presidenta de la Nación quien cambió el eje de la discusión. Colocó a la política en el centro desplazando a la represión, la militarización y la guerra de pobres contra pobres. De ese modo, aparecieron las soluciones.

Balas y bastones fueron reemplazados por jueces y funcionarios. Discursos xenófobos y neo fascistas, siempre simplistas, maniqueos y de alto impacto mediático, sustituidos por una mesa de diálogo con todos los actores involucrados en el problema.

La violencia que desató la política de Macri fue contrastada por medidas concretas: un plan de vivienda coordinado entre la Ciudad y la Nación que dé respuestas a los requerimientos planteados por quienes iniciaron el reclamo.

No obstante, en el medio hubo muerte y dolor. Y la mandataria, confirmando que los derechos humanos en la Argentina no pueden limitarse a la mera declaración de buenas intenciones, impulsó una profunda y trascendente reforma en materia de seguridad con la creación de un ministerio específico.

Desde la nueva cartera, según los primeros anuncios de la ministra Nilda Garré, se promoverá el control civil y democrático de las fuerzas de seguridad. Además se transitará por el camino más eficiente que una república puede elegir para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos: el respeto a los derechos y garantías establecidos en la Constitución Nacional.

Se va el 2010. Año que nos deja, a muchos, el dolor por la desaparición física de Néstor Kirchner. Sin embargo, este episodio no nos impide destacar las transformaciones del proceso iniciado por él en mayo de 2003 y continuado hoy por Cristina Fernández.

Tiempo en el que ideas y acciones a favor de las mayorías populares aparecen cada vez más vigentes. Ni los operativos mediáticos ni las malas artes de la vieja política, han podido detener la marcha del pueblo argentino hacia un lugar mejor. Y ésta, es otra buena que tenemos los argentinos para celebrar la Navidad.

Sergio Fernández Novoa
Presidente del Consejo Mundial de Agencias de Noticias y vicepresidente de Télam

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