Desde el gallo de la Almudena: Se me cae el último mito: Adiós, Marta, adiós

He conocido a Marta Domínguez en varias ocasiones. Esa fortaleza extraordinaria, esa capacidad de sufrimiento, plantar cara a cualquier adversidad era el mito de las mujeres castellanas que yo siempre había visto a mi alrededor.

No podía creerme lo que los noticiarios avanzaron el pasado jueves. Lo primero es antes que nada. La palentina está acusada de traficar con sustancias prohibidas, pero todavía no ha sido condenada. Por lo tanto, este comentario tiene su PRE y, en cualquier caso, su adjuntía a lo que los tribunales puedan decir, que es al fin y a la postre, la única y última instancia que en un país democrático puede arrojar luz.

Pero me temo lo peor. La Guardia Civil no lanza una operación de esta naturaleza con el inmenso impacto mediático y social que conlleva sin tener (supongo) unos mínimos datos que permitan detener a una persona tan relevante como Marta Domínguez y otros colegas de la cosa. No los considero tan estultos; máxime cuando los registros han tenido que ser autorizados por jueces y fiscales.

Mi gran mito atlético siempre fue Abel Antón. Por encima, incluso de Fermín Cacho. Nunca creí -estuve a unos metros-en su medalla de Barcelona 92 de la Milla. Nunca. Antón, sin embargo, persona discreta, huyó siempre de los focos y mostraba sus piernas en los campos a través. Doble campeón del mundo… sin hacer el más mínimo ruido. Nunca nadie le pudo acusar de nada.

La absurda teoría de la conspiración

Algún medio de Madrid, tan fascistoide como imbécil, ha insinuado que la Operación Galgo tiene algo que ver con la política. ¡Mentecatos! Intoxican permanentemente a la recua de fascinesoros que sacan pecho al socaire de la caída de Zapatero y se llaman periodistas. ¡Qué pandilla!

¿Alguien en su sano juicio, y menos Pérez Rubalcaba, puede montar una operación de esa naturaleza sin que existan pruebas fehacientes de presuntas implicaciones en el tráfico de sustancias prohibidas entre los atletas? ¡Hace falta estar loco! O ser muy malo; o ámbas cosas a la vez.

Explicaciones

Nuestra atleta más laureada, nuestra heroína castellana se ha desplomado como un mal souflé. No es ya que presuntamente se dopara (no hay acusación alguna), sino que presuntamente hacía negocio con otros compañeros de la pierna.

Tiene que dar muchas explicaciones la concejala del PP. Muchas. Para su desgracia ser “camello” de sustancias dopantes es ya un delito, como bien ha recordado el Secretario de Estado para el Deporte.

No me cabe en cabeza humana que una chica que lo tenía todo: admiración, reconocimiento social, dinero, futuro, se haya podido jugar todo a una carta.

Sólo encuentro una explicación: la condición humana.