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Cristina prometió y cumplió

Cristina prometió y cumplió

No lo voté a Néstor. No le creí. Como dice Hebe, "le hice mala propaganda" como candidata extrapartidaria de un partido de izquierda desde el que sosteníamos "que se vayan todos". Reinaba la desesperanza, todo parecía más de lo mismo... y hasta la anarquía de esa frase se presentaba como una mejor alternativa a la de cualquier posibilidad de continuidad del neoliberalismo seudodemocrático.

Hasta a gran parte de la clase media argentina, que muchas veces se refugia de manera conservadora en lo poco o mucho que tiene para perder, le habían robado todo, no sólo los ahorros sino también el trabajo y, con él, la dignidad.

Néstor sentó las bases. Hizo lo que había que hacer, lo fundacional. Terminó con la impunidad y le devolvió la dignidad al pueblo argentino. Derogar las leyes de obediencia debida y punto final, así como reconstruir la economía -e independencia- del país y de los trabajadores, eran el principio de un proyecto que sólo tenía sentido si íbamos por más. Y eso es lo que prometió Cristina.

La voté con algo de desconfianza, más asustada por las alternativas electorales que convencida de que cumpliría con sus promesas. Venía la parte más complicada, porque profundizar lo construido durante el gobierno de Néstor significaba, necesariamente, enfrentarse a los sectores más poderosos de nuestra sociedad con el costo político y la presión electoral que eso podía significar.

El Gobierno de Cristina era claramente esa bisagra donde se definiría si desde las bases sentadas se iban a defender los intereses de los argentinos a costa de perder el poder, o se iba a continuar en el poder a costa de claudicar los intereses de los argentinos. ¿Qué haría Cristina? La respuesta no se hizo esperar. Cristina propuso redistribuir la riqueza, con la resolución 125, aumentando las retenciones a las exportaciones de uno de los sectores que más se estaban beneficiando del nuevo modelo económico en Argentina. No era una propuesta revolucionaria: si subía el dólar (lo que se traducía en mayores ganancias para el exportador), subían las retenciones, si bajaba el dólar, bajaban las retenciones.

El objetivo era no sólo aumentar la recaudación para el gasto público, sino también controlar los precios del mercado interno.

Recibió por eso los más duros golpes que podía recibir a pocos meses de asumir su mandato, de parte de aquellos sectores que habían logrado derrocar gobiernos en algún momento de nuestra historia.

Y se mantuvo firme a favor de los intereses del pueblo, incluidos los intereses del campo. Es cierto, perdió la batalla legislativa, pero ganó la confianza de miles de militantes en todo el país.

Porque aún cuando la confrontación con el poder generaba súplicas de repliegue de los "progres" y la traición de algunos de los aliados más conservadores, aún cuando los medios le declaraban expresamente la guerra en defensa de estos sectores poderosos y lograban confundir a una parte de la sociedad en contra de sus propios intereses, aún en contra de todo, pero a favor de los intereses del pueblo, eligió profundizar, como había prometido.

Y así, nacionalizó Aerolíneas Argentinas y los fondos de las AFJP, devolviéndonos parte de lo que nos robaron durante los noventa y poniéndole fin a la especulación financiera con los aportes de los trabajadores. Propuso una nueva Ley de Medios de Comunicación que democratiza la palabra, multiplica las voces y expresa la diversidad no sólo ideológica sino cultural, social, sexual y étnica, entre otras diversidades.

Continuó la batalla contra la pobreza que había iniciado Néstor, con más medidas económicas que fortalecieron la industria nacional y generaron más empleo. Esas medidas nos salvaron de los efectos de una de las peores crisis económicas del mundo y generaron ingresos para el país que Cristina invirtió en desarrollo e inclusión social. Entre otras decisiones, se generaron créditos para el consumo que mejoraron la calidad de vida de miles de argentinos y promovieron la producción nacional aumentando el empleo y se impulsó la Asignación Universal por Hijo.

En otros aspectos también relacionados a la inclusión social y la igualdad, se aprobó una nueva ley contra la violencia hacia las mujeres, que cambia el paradigma del concepto de "violencia doméstica" a uno que incluye todas las conductas, acciones u omisiones, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito púbico como el privado, basadas en una relación desigual de poder, afectan "la vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también la seguridad personal" de las mujeres.

Firmó el decreto de modificación de la denominación del feriado del 12 de Octubre, en el que se conmemoraba el día en que los españoles divisaron la tierra de nuestro continente instituyendo una "fiesta nacional" incompatible con la masacre perpetuada hacia los pueblos indígenas en nuestro continente y lo reemplazó por el del "Día de Respeto a la Diversidad Cultural", dotando a dicha fecha, de un significado "acorde al valor que asigna nuestra Constitución Nacional y diversos tratados y declaraciones de derechos humanos a la diversidad étnica y cultural de todos los pueblos".

En el mismo sentido, su gobierno generó políticas públicas de visibilidad de la cultura afro, así como también de otras culturas étnicas y regionales que conviven en nuestro país.

Se aprobó la ley de Matrimonio Igualitario que no sólo reconoció derechos civiles a miles de familias en nuestro país, sino que instauró una idea de igualdad que servirá de herramienta para la lucha contra la discriminación y la violencia que todavía viven lesbianas, gays, bisexuales y trans en Argentina.

Y todo esto lo hicieron con el pueblo. Néstor y Cristina nos convocaron a todos y todas a reconstruir el país.

Nos convocaron a las organizaciones sociales, a los organismos históricos de derechos humanos y a los gremios, a los estudiantes, a referentes del arte y la cultura, a los movimientos de diversidad sexual, a los pueblos indígenas, a los/as migrantes, a los/as afrodescendientes, a las personas con discapacidad...nos convocaron a elaborar diagnósticos, diseñar políticas públicas de inclusión y ejecutarlas desde del Estado. Por primera vez en la historia se hacía realidad lo de "El Estado somos todos"...y ese "todos" nos incluía -de verdad- a todos y todas.

Convocaron a las organizaciones políticas desde la transversalidad. Diferentes partidos y referentes políticos decidieron sumarse al diseño y desarrollo de este proyecto. El Partido Justicialista, el Partido Humanista, el Partido Comunista, el Frente Grande, entre otras organizaciones políticas, referentes del Socialismo y el Radicalismo fueron y son parte de esta construcción.

Porque aunque este proyecto -y mi corazón- tiene una matriz peronista, este es un proyecto construido también desde las máximas históricas del socialismo y el radicalismo en nuestro país. El matrimonio igualitario -proyecto originalmente presentado por las organizaciones junto con el Partido Socialista- es una muestra de cómo el "oficialismo" -a diferencia de gran parte de la oposición- acepta, toma y promueve las propuestas de distintos partidos que son a favor de los intereses del pueblo.

Y nos convocaron desde el amor. Desde el que se tenían -y se tienen- mutuamente y desde el amor a un pueblo y a un proyecto de Nación inclusiva e igualitaria. Néstor y Cristina propusieron redactar un nuevo capítulo de la historia de nuestro país, que todos y todas estuvimos y estamos invitados/as a protagonizar.

 María Rachid
 Secretaria General de la Mesa Nacional por la Igualdad, que nuclea a referentes de movimientos sociales que luchan contra la discriminación.

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