Monterrey ganó su cuarto campeonato al derrotar a Santos Laguna 5 goles a 3

Con otra magnífica actuación de buen fútbol de Humberto “Chupete” Suazo, quien anotó un doblete,  el Monterrey logró el título del Torneo Apertura al vencer 3-0 (global 5-3) al Santos Laguna, en un vibrante encuentro en el Estadio Tecnológico de la capital del estado de Nuevo León.
 
Con el triunfo en casa y la obtención del título, el Monterrey logró sacudirse los fantasmas del pasado que le habían negado el título en casa desde que lo obtuvo en 1986, cuando pudo saborear las mieles del triunfo en casa al derrotar al Tampico Madero.
 
La noche fue redonda en Monterrey, donde la gente respondió con un lleno en el Estadio del Tecnológico y, hasta el silbatazo final de Armando Archundia, no se registraron disturbios en las tribunas como lo ocurrido el jueves en Torreón. Los Rayados sumaron así su cuarto título en su historia. Un campeón con todos los merecimientos.
 
La primera parte fue de dominio local para el conjunto local, que salió a buscar el tanto que le diera la igualada en el marcador global. Era tanto el agobio del cuadro regio que el primer aviso cayó al minuto 3, cuando Humberto “Chupete” Suazo estrelló un balón en el travesaño. Santos se había salvado.
 
Pero la insistencia del cuadro local era notable, pues cada ataque que hilvanaban hacia la cabaña lagunera siempre terminaba con un suspiro de alivio para Oswaldo Sánchez y la zaga lagunera, que era fácilmente eludida por los delanteros rayados.
 
Y llegó el premio. A los 28 minutos, el “Chupete” Suazo abrió el marcador con un latigazo desde fuera del área con el que dejó sin oportunidades a Oswaldo Sánchez, quien sólo pudo reclamarle a su zaga luego de ir a buscar el esférico al fondo de las redes.
 
El tanto fue vistoso ya que inició de un saque de banda en el que varios jugadores del Monterrey, incluido el yucateco Willíam Paredes Barbudo, fueron hilvanando una jugada ofensiva con varios toques.  El “Yuca”, desde la banda izquierda, sirvió al centro a Aldo de Nigris, quien a manera de “pared” le puso el balón al “Chupete”, quien de primera intención le pegó de pierna derecha y mandó la de gajos al fondo de la cabaña lagunera.
 
El yucateco fue cambiado al iniciar la segunda mitad, Severo Meza fue quien lo sustituyó y de inmediato se notó la falta de salida por la banda izquierda, desde donde Paredes recorría la cancha y fácilmente se quitaba la marca de Fernando Arce e Iván Estrada para posteriormente desbordar al centro, donde De Nigris, Suazo y Neri Cardozo esperaban el esférico.
 
La segunda parte se convirtió en una lucha en el mediocampo, ya que el Monterrey se lanzó con todo en busca del gol del triunfo, pero Santos Laguna también apretó con sus mediocampistas, por lo que la batalla se libró justo en la mitad del terreno.
 
Al minuto 71, en un dudoso tiro de esquina, José María Basanta le ganó en el salto a su marcador y conectó un sólido cabezazo que se fue al fondo de las redes de los visitantes, que de inmediato protestaron ya que el esférico no se encontraba detrás del medio círculo que marca el lugar para el cobro del tiro de esquina. Sin embargo, la regla 17 del cobro del tiro de esquina establece que ésta jugada puede ser ejecutada simplemente conque el balón roce una parte de la línea.
 
El tercer gol, el del título, llegó en un potente contragolpe del “Chupete”, quien desde la media cancha fue quitándose hombres y limpiando el área para definir con una bella “cucharita” a Oswaldo Sánchez, quien en su cara reflejaba el sentir de los laguneros. Fue el gol que mató al visitante, al minuto 85.
 
Como datos curiosos, Rubén Omar Romano, técnico del Santos Laguna, perdió su quinta final en igual número de acontecimientos. Tres han sido en el torneo local y dos en la Copa de Campeones de la Concacaf.
 
Por su parte, Víctor Manuel Vucetich consiguió su quinto título en las 5 finales que ha dirigido. Todo lo contrario a su rival de hoy, a quien le negó su primera “estrellita” en su carrera.
 
De igual forma, el Monterrey rompió una racha negativa de haber perdido tres finales consecutivas en casa, la última que ganó en el Tecnológico fue en 1986, cuando alzó el título luego de dar cuenta del Tampico Madero.
 
Santos Laguna siguió con la maldición de no obtener un título en calidad de visitante, tomando en cuenta los juegos de final de ida y vuelta.