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20 años de la LOGSE

20 años de la LOGSE

Se cumplen 20 años de la LOGSE y 25 de la LODE, dos leyes educativas puestas en marcha por los primeros Gobiernos socialistas de la democracia que todavía marcan el presente educativo, es decir, el fracaso del sistema. No todo es negativo, por supuesto. Cuando en 1990 se puso en marcha la Ley Orgánica del Derecho a la Educación se generalizaba este derecho básico, adelantado ya en la Ley General de Educación de 1970 –aunque sin medios para llevarlo de verdad a la práctica-, se impulsaba la participación de la comunidad educativa, se facilitaba la libertad de elección de centro y se reconocía la función directiva. También se aprobaban los conciertos educativos con los centros privados, en su mayoría religiosos, con un doble objetivo: aprovechar una red de cetros que funcionaban bien y sin los cuales no podría haber enseñanza pública para todos y, en segundo lugar, tratar de controlarlos financiera y políticamente. Veinticinco años después, el módulo de conciertos arrastra un déficit crónico y creciente, ya que sólo cubre el 60 por ciento del coste real de la enseñanza que se imparte. Y, pese a ello, la enseñanza concertada sigue ofreciendo mejores resultados que la pública y sin ella hubieran fracasado casi todas las reformas.

La escolarización casi universal entre los 3 y los 16 años, es un logro que tiene su base en esas leyes, reformadas después por otras. Pero la carencia de un consenso, la mediocridad de los resultados, el aumento del fracaso escolar, la pérdida de valores como el esfuerzo, el sacrificio o la disciplina, el pasar de curso con tres o cuatro asignaturas suspendidas, la igualación por abajo, los cambios erráticos y hasta contradictorios, la minusvaloración de la formación profesional y la supervaloración del acceso a la Universidad han traído como consecuencia un resultado social e intelectual manifiestamente mejorable. Incluso, como dice el profesor Víctor Pérez Díaz, los resultados en términos de reducción de las desigualdades sociales han sido modestos.

La mala calidad de la educación española en estos cinco lustros, con las indudables consecuencias socioeconómicas, tienen su origen en una política educativa equivocada, sectaria y partidista cuyos frutos principales fueron la LODE y la LOGSE. Hemos alcanzado la escolarización universal, pero hemos rebajado permanentemente los contenidos y el nivel educativo desde la Primaria hasta la Universidad y hemos dejado sin autoridad a un profesorado desmotivado y formado con una metodología del siglo XIX para enseñar en el XXI.  

Hace también unos diez años, todas las organizaciones sociales de la educación- desde la escuela concertada a los sindicatos y desde la CEAPA hasta la CONCAPA-  llegaron a un acuerdo para proponer un Pacto por la Educación que diera estabilidad a la educación. Lo impidieron los dos grandes partidos que nunca quisieron renunciar a la educación como bandera partidista.  Cuando el sectarismo entra en la educación -como pasó con la LODE y la LOGSE- la educación queda herida para varias décadas, sin posibilidad de marcha atrás. De aquellos polvos sectarios, vienen estos lodos de fracaso.

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