"El fuego está bajo control", ha anunciado el ministro de Seguridad Interna, Yitzhak Aharonovich, máximo responsable del complejo dispositivo activado el pasado jueves. De esta forma, Israel da por controlado el incendio más letal que ha provocado la muerte de 41 personas, la evacuación de 17.000 personas, 35 heridos (tres en estado crítico), la quema de más cinco millones de árboles (5000 hectáreas) y el daño de 250 casas en el norte del país. En una reunión celebrada en la ciudad norteña de Haifa, el cuerpo de bomberos ha anunciado esta tarde el control absoluto de las llamas aunque aún debe seguir trabajando para apagar completamente los pequeños focos que quedan del incendio.
Al caer la noche, los 35 aviones y helicópteros israelíes y extranjeros, entre ellos varios hidroaviones españoles, han finalizado su trabajo en los cielos que divisan el Carmelo. Al mismo tiempo, se pueden ver cómo numerosos habitantes de la zona vuelven a sus casas tras varios dias de tensa espera y rezos. No todos tendrán la fortuna de encontrar la casa tal y como la abandonaron ante la llegada de las llamas.
Los acusados
La enorme bola de fuego que ha conmocionado al país fue originada- según la policía- por la negligencia de dos hermanos drusos, menores de 18 años, cuya detención ha sido alargada cuatro días más por el Tribunal de Haifa. La Policía les acusa de no apagar una hoguera que hicieron el jueves cerca de su casa en la aldea drusa de Usfiya, mientras fumaban una pipa de agua. "Mis hijos son inocentes. Quieren culparles de la tragedia pero es mentira ya que no estaban allí", replicó su enfurecido padre en Haifa.
Muy cerca de Haifa, en la localidad de Tirat Carmel, se reunió esta mañana de forma extraordinaria el Gobierno israelí, muy criticado por la nula preparación en el sistema de bomberos, considerado "el hermano pobre y abandonado" de los organismos de seguridad.
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