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Ejercicio de 'real-politik' brutal

Gallardón sigue la guerra contra ZP: ahora por el Sáhara

Gallardón sigue la guerra contra ZP: ahora por el Sáhara

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, cree que la reacción "prácticamente inaudible" del Gobierno de España ante los recientes sucesos ocurridos durante el desmantelamiento del campamento saharaui de Gdeim Izik son "un ejercicio de 'realpolitik' brutal" que "agrava la situación" del pueblo saharaui porque demuestra "tibieza".
"Invocar intereses nacionales --que ciertamente existen, pero que pueden y deben ser defendidos por vías que no sean las del silencio cómplice--, justificando un tono prácticamente inaudible ante la represión de los saharauis, constituye un ejercicio de 'realpolitik' brutal que, lejos de defender a nuestro país, simplemente agrava la situación, toda vez que demuestra una tibieza que puede ser interpretada como una invitación a una política de hechos consumados y manos libres", considera el primer edil en su último blog, publicado bajo el título '27º 40' Norte' --el punto geográfico donde se ubica la frontera del Sáhara occidental-- y recogido por Europa Press.

Para Gallardón, esta actitud no es más que "una falsa equidistancia que ni siquiera se molesta ya en aparentar que lo es", por lo que reprocha al Ejecutivo central que se escude en la "necesidad de mantener una relación fluida con Marruecos" ya que, "ante un enemigo común como es el terrorismo, no cabe otra política que no sea la de la cooperación".

Además, considera que no es más "honrosa" la "complacencia" del Gobierno español ante "la censura selectiva" que impone Marruecos a la prensa internacional que ha tratado de informar acerca de los recientes sucesos durante el desmantelamiento del campamento saharaui de Gdeim Izik.

Así, el primer edil explica que, aunque en los últimos 40 años España ha conseguido superar el Franquismo y se ha "homologado por fin con el resto del mundo occidental", no ha conseguido superar un "punto negro", en relación con "la suerte corrida por el pueblo saharaui", algo por lo que la sociedad debe sentirse "profundamente insatisfecha".

El franquismo y la 'macha verde'

"En rigor, la democracia española no hizo sino heredar un legado envenenado de los últimos estertores del Franquismo, cuando un gobierno desbordado se dejó intimidar por el golpe de mano que supuso la Marcha Verde. Pero el hecho de que la democracia no fuera culpable de aquella ignominia no ha eximido nunca a nuestro país de sus responsabilidades como potencia administradora de un territorio que jurídicamente no ha sido descolonizado, ni tampoco cambió en aquel momento el destino trágico de decenas de miles de personas que habían confiado en España y que vieron cómo ésta abdicaba de sus obligaciones", continúa el texto.

Porque, según Gallardón, la actitud del Gobierno español en los años 70 fue la de "salir corriendo" del territorio y dejar a los saharauis "a merced de dos ejércitos y sin ninguna clase de garantía jurídica puesto que los Acuerdos de Madrid carecen por completo de validez".

"(Esa actitud) no constituye precisamente un timbre de gloria y, desde luego, no ha contribuido a aportar un solo gramo de prestigio a nuestro país. Lo mínimo que cabría pedir, pues, es que al menos nuestra reputación no se deteriore aún más a propósito de este penoso asunto", considera.

Por ello, cree que el "imperativo moral" de España es abogar por la libre determinación del Sáhara occidental, como ha hecho durante los últimos años de manera activa a nivel internacional, lo que ha supuesto al menos "una actitud digna", similar a la adoptada por Portugal en relación con Timor Oriental. "Era lo menos que podíamos hacer después de haber abandonado una tierra de la que nos habíamos hecho responsables", apostilla.


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