red.diariocritico.com

Opinión

Miguel de Saavedra y Paco Marsó

Miguel de Saavedra y Paco Marsó

Si Miguel de Cervantes se hubiera llamado Miguel de Saavedra, no habría pasado, probablemente, nada, y habría escrito con idéntica y sublime inspiración su "Quijote" y sus "Trabajos de Persiles y Sigismunda", si bien no existirían los cervantistas, ni las academias de España en el extranjero se llamarían Cervantes, sino Saavedra, el Instituto Saavedra. Dicho lo cual, y precisamente por la irrelevancia absoluta del orden formal de los apellidos, cabe preguntarse si es que el Gobierno no sabe qué hacer de su cuerpo, o si el proyecto de ley, que expende en el envase de lo "igualitario", no persigue sino regalar munición a la derecha para que siga poniendo el grito en el cielo, que se ve que por eso en la política llueven gritos todos los días, por la cantidad de ellos que pone allí la derecha. Pero en éste caso, en el de las absurdas asambleas conyugales para decidir si se le pone antes Pérez que Fernández a una pobre y desvalida criatura, el soponcio que se quiere propinar a los conservadores y a los que, sin serlo, no ven mal que nos llamemos como nos venimos llamando de toda la vida, era innecesario.

   Lo sustancial, no hace falta decirlo, es quienes somos, y no cómo nos llamamos, pues esto último lo deciden, en cualquier caso, otros. Francisco Martínez Socías, por ejemplo, podría haberse apellidado Socías Martínez, que caso nadie sabría tampoco quién era. Y, sin embargo, era, y ayer murió. Era un hombre vitalista y generoso, actor y empresario teatral, que se llamó como deben llamarse las personas apegadas a la libertad, como le dio la gana: Paco Marsó. De sus dos apellidos hizo uno, igualándolos totalmente, y de su vida una construcción apasionada y ferviente hasta que cayó en las garras de la llamada prensa del corazón. Era el hombre que más se parecía en éste mundo al Príncipe de la Paz, incluso más que el propio Manuel Godoy, que sigue, por cierto, en su exilio eterno de París. A Paco Marsó su corazón cansado le pidió paz precisamente un día, ayer, y no pudo dársela con tanto lío de hijos y amores descabalados. Y se paró.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })