La joven de 23 años está cansada de la imagen de 'Sex bomb' que se ha formado en torno a ella y quiere dar un cambio radical a su imagen pública. Más sincera que nunca, Megan Fox se desahoga en una entrevista en la que confiesa estar harta de la persecución constante de los paparazzis.
Concretamente la protagonista de Jonah Hex se refiere a unas fotos robadas que le sacaron durante el rodaje de su nueva película, Passion Play, en las que Fox aparece en 'top less'.
"Si supiera quién me hizo esta foto, yo personalmente le haría daño -daño físico. No soy un maldito personaje de reality que se exponga constantemente para que los paparazzis me saquen unas malditas fotos", explica Fox en la entrevista.
"Estoy haciendo mi trabajo y pretendo interpretar a un personaje y hacerlo de forma seria. Y esto es lo que me pasa a cambio. Me pone realmente furiosa", añade la actriz.
Por otro lado, Megan, cansada de que se la alabe más por su físico que por su trabajo, afirma no sentirse a gusto en todo lo que rodea la industria cinematográfica. Considera que la gente en Hollywood es "falsa" y añade que no le gusta "recibir elogios" o que consideren "un talento". "Todo ello sueña muy forzado y muy falso", explica.
El editor de la revista, Paul Cavaco, responsable de la sesión de fotos, destacó la naturalidad de Megan al terminar con las fotos. Al contrario que la mayoría de las estrellas que se han dejado fotografiar para Allure, "Megan no pidió ver el resultado de las fotos en el monitor" e hizo posible una sesión fotos "sencilla y rápida".
"Nada que ver con esos rumores de diva que la han acompañado desde el comienzo de su carrera", añade
Cavaco.
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