Barça y Madrid merecen ser campeones, pero...

Como el título liguero apunta hacia Cataluña, comenzaremos con un estribillo del tan extraordinario culé como cantautor, un tal Joan Manuel Serrat, que seguro les suena: "de vez en cuando la vida te besa en la boca". Y, por méritos propios, su equipo tiene casi todas las papeletas -salvo sorpresón monumental ante el Valladolid en el Camp Nou- para recibir el beso de la Liga, transmutado en el título de campeón. Como en el deporte en general y en el fútbol en particular sólo puede ganar uno, su principal competidor, el Real Madrid, se quedará con la miel en los labios -salvo esa poco factible sorpresa de los de Pucela, que en todo caso debería ir acompañada por la victoria blanca en Málaga, que como los de Javier Clemente, sufrirán la tragedia del descenso en caso de derrota.

Pero la Liga, como la vida, es injusta. Lo va a ser con el subcampeón, que acumulará un récord de puntos cercano al centenar -ahora los de Guardiola suman 96 y los de Pellegrini 95- que le valdría en cualquier edición anterior en España y en todas las actuales del resto de los países punteros futboleros para llevarse la copa de campeón a su vitrina. Sí, es verdad que el Barça, tan lírico, ha vuelto a hacer un fútbol vistoso y fácil, extraordinario para el espectador fueren cuales fueren sus colores y amores. Y de ellos tiene mucha 'culpa' el propio Guardiola -que solo erró en el trueque de Ibrahimovic por Eto'o-, pues los jugadores no se han rebozado en el éxito de la anterior campaña, también modélica, sino que han peleado cuan futbolistas hambrientos de títulos. Loor, pues, a los Messi, Xavi, Iniesta, Puyol, Valdés, Alves y resto de componentes de la armada blaugrana.

Pero no es menos cierto que el fútbol épico, de máxima pegada y ambición del Real Madrid -con Cristiano Ronaldo siempre tirando a tope del carro- le ha dado la réplica oportuna a lo largo del campeonato, sólo con el fiasco de perder los dos encuentros directos ante el Barça, lo que a la postre es muy posible les cueste el título, y los dos supermillonarios clubes nos ha embebido en un emocionantísimo final liguero. Pese a ser un equipo en formación, con muchas caras nuevas, el magnífico trabajo con los blancos del técnico chileno -cuestionado por parte de la prensa e incluso por Florentino Pérez, que podría despedirle si como todo parece indicar no gana nada- ha dado sus frutos con este récord de puntuación. Eso sí, en la Copa y en la Liga de Campeones, el fracaso ha sido grande, pese a lo cual, la mejor noticia para los 'culés' de cara a la próxima campaña sería que Pellegrini no siguiera en el puesto de mando técnico del 'florendream'.

En definitiva, que los que hemos salido ganando con esta magnífica competición, con la Liga de las Estrellas, hemos sido los aficionados, a los que aún nos resta la pasional y compulsiva última jornada con la certificación de un título  que -¡ay!- no puede dividirse y todo lo demás en juego: un puesto para la 'Champions', otro o dos para la Copa de la UEFA y la tragedia de la caída al infierno de Segunda con cinco clubes implicados para tres puestos. Y un Atlético de Madrid, que entre medias, el miércoles, aspira a ser  el mejor equipo español en Europa en su intento de adjudicarse precisamente esa UEFA pomposamente llamada Liga Europa. Que así sea. Y que, ya que no caben dos en la cumbre, la Liga española la gane el mejor.