Francia, sin complejos, echa una mano a favor de los toros en Cataluña

En una nueva jornada maratoriana, en la que una decena de afectos y desafectos a los toros han expuesto sus argumentos en la comisión de Medio Ambiente que debate el futuro de la lidia, Leonardo Anselmi, portavoz de la plataforma PROU, promotora de la ILP que reclama el fin de las corridas, ha reconocido que aunque les hubiera gustado incluir los "correbous" en esta prohibición, eso hubiera limitado las posibilidades de que la iniciativa prosperase.

Anselmi ha negado que la ILP sea oportunista y con falta de coherencia por dejar fuera a los "correbous". "Hemos tirado por esta vía porque pensamos que la sociedad nos apoya y a partir de ahí pretendemos legislar", ha afirmado el portavoz para quien hubiera sido "una falta de respeto" -aunque "inteligente"- incluir los "correbous" en la ILP aprovechando el rechazo que generan los toros en Cataluña.

Conocer la estrategia de "posibilismo social" de Prou ha dejado boquiabiertos a los portavoces de PSC, PP y Ciutadans, mientras que CiU, ERC y ICV-EUIA le han agradecido su sinceridad.

Para el taurino David Pérez (PSC), con esta separación entre corridas y correbous PROU se equivoca "haciendo un flaco favor al movimiento animalista y al argumento del daño que se infringe a los toros".

Posibilismo del PROU

Más crítico ha sido Rafael Luna (PP), que ha arremetido contra la estrategia "posibilista" de PROU para evitar un posicionamiento casi en bloque de la cámara en contra de la ILP y ha advertido que "el siguiente paso, si prospera éste, serán los correbous".

En la sesión matinal se ha formado un curioso frente pro taurino con representantes de entidades del sur de Francia y tarraconenses, temerosas estas últimas de que la prohibición vaya contra los correbous, idea rápidamente rebatida por los representantes de CiU y ERC, que han recalcado que eso no está en discusión, aunque los portavoces de PSC y PP han sembrado la duda.

El presidente del Consejo General de los Pirineos Orientales, Christian Bourquin, ha defendido la raigambre y catalanidad de los toros, que se extiende también al lado francés de los Pirineos y ha pedido tolerancia a sus "primos" catalanes para no levantar otra frontera.

En la misma línea, el alcalde de Arles, Hervé Schiavetti, ha defendido el mantenimiento de este espectáculo como elemento de identidad del sur de Europa.

El profesor de la Universidad de la Sorbona (París) Francis Wolf ha añadido que las corridas de toros son ya patrimonio mundial y no únicamente la fiesta nacional española, y ha remarcado que prohibir la muerte del toro bravo en las plazas sería una anomalía biológica.

Belleza, emoción y edad de oro

Wolf ha defendido la "belleza singular y emoción única" de este espectáculo y ha explicado que en Francia la tauromaquia vive una "edad dorada" y que cada vez hay más tesis que defienden los valores ecológicos de un fiesta que, según ha indicado, permite el mantenimiento del toro bravo, una raza que "es una excepción" ya que no es ni animal de compañía ni de granja, pero salvaje.

El ganadero tarraconense Pedro Fumadó ha advertido a los diputados que serán los responsables de la desaparición del toro bravo si prohíben las corridas, y ha insistido en que "no pueden juzgar un tema que desconocen".

El presidente de la Agrupación de Peñas y Comisiones de Bous de las Terras de l'Ebre, Miquel Ferré, ha argumentado "que sin toros no hay fiesta, y que sin fiesta no hay toros", y ha anunciado que si se prohíben las corridas, los aficionados catalanes tendrán que viajar hasta Castellón o Vinaroz, como los cinéfilos se desplazaban a Perpiñán.

Desde las filas antitaurinas, el catedrático de Filosofía del Derecho, Francisco Javier de Lucas aseguraba que el daño que se causa a los toros bravos en las corridas "es inadmisible" desde un punto de vista de jerarquía jurídica, y sin negar que esta tradición pueda ser considerada cultura o arte, la ha calificado de tortura.

El vicepresidente de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia, José Enrique Zaldívar, ha descrito por su parte de forma pormenorizada los daños que las distintas artes de la lidia provoca en un toro bravo, y ha puesto como ejemplo que una res de 500 kilos puede llegar a perder de 3 a 7 litros con los puyazos, o como el estoque provoca que el animal se ahogue en su propia sangre que acaba vomitando: "el toro siempre muere por asfixia".

El debate continuará en la cámara catalana el 17 de marzo, cuando intervendrán entre otros, los toreros Luis Francisco Esplá -que debía haberlo hecho hoy- y Serafín Marín.