La llamada "Declaración de Nueva Esparta", de 95 puntos, fue aprobada por la treintena de países africanos y sudamericanos y los delegados de los 66 países de ambas regiones participantes en la II Cumbre ASA, que terminó a las 17.00 hora local (21.30 GMT) de este domingo en la Isla de Margarita.
En el extenso documento de 30 páginas, los gobiernos sudamericanos y africanos reafirmaron su "compromiso de fomentar la Cooperación Sur-Sur como principal objetivo de ambas regiones, con el fin de complementar la tradicional Cooperación Norte-Sur".
Ello, a través de la promoción de "un crecimiento económico sostenido y la provisión de trabajo de trabajos dignos (...) la igualdad, el respeto y la consideración mutua entre Estados en el sistema global.
Para materializar esos objetivos, los países ASA acordaron "reforzar el mecanismo de seguimiento" establecido en la I Cumbre ASA, celebrada en 2006 en Nigeria.
"Tomamos nota de las propuestas contenidas en el 'Plan de Implementación de Nueva Esparta" así como del 'Programa de Implementación" de la Declaración y el Plan de Acción de ASA presentados" durante esta II Cumbre, indicó el documento final.
Esos documentos recogen la aprobación durante la cita de Margarita de la Secretaría ASA, que estará a cargo de Venezuela, y de una "mesa presidencial", ambas propuestas del mandatario venezolano y anfitrión, Hugo Chávez.
La Secretaría ASA trabajará para "convertir ideas" de integración "en proyectos", mientras que la "mesa de presidentes y de asesores" presidenciales se dedicará "exclusivamente a diseñar una agenda estratégica de trabajo para los año 2010-2020" para "darle viabilidad" a la integración, explicó Chávez a lo largo de la reunión de alto nivel.
Los gobiernos suramericanos y africanos afirmaron en la declaración final su "total apoyo a la reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como un proceso que garantice una mayor participación de los países en desarrollo (...) y el mejoramiento de sus métodos de trabajo".
Ello con el fin de "corregir los actuales desequilibrios y hacer del Consejo un órgano más democrático, transparente, representativo efectivo y legítimo".
Los países de ASA reiteraron su "decisión de fortalecer" la cooperación en la lucha contra formas de "delincuencia organizada" como el tráfico de armas, de personas, de drogas y la piratería marítima.
También manifestaron su condena del "terrorismo en todas sus formas y manifestaciones" y rechazaron "cualquier relación entre el terrorismo y una cultura, etnia, religión o pueblo en específico".
Del mismo modo, afirmaron su "compromiso con el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales".
Reconocieron la "necesidad apremiante de articular políticas para el logro de la seguridad alimentaria", y, en ese contexto, rechazaron "las políticas distorsionantes adoptadas por los países desarrollados".
Los países ASA hicieron un "llamado a que se logre una pronta conclusión de la tercera Ronda de Negociaciones del Sistema Generalizado de Preferencias Comerciales" y permitir así "la diversificación de las relaciones de producción, en concordancia con los intereses estratégicos que sean identificados por ambas regiones".
"Concordamos en la necesidad de fomentar el diseño de una nueva arquitectura financiera internacional y regional" y "reconocemos la necesidad de avanzar en la adopción de medidas de protección financiera para prevenir los costos de la crisis internacional", indicaron los países ASA en su Declaración final.
Reafirmaron su "compromiso de intensificar" sus esfuerzos para erradicar la pobreza y el hambre, por medio del abordaje de las causas de su origen y con miras a fomentar sociedad basadas en la justicia social, solidaridad, complementariedad e igual, entre otras.
En materia energética, se comprometieron a "aumentar la cooperación energética entre América del Sur y África con el fin de contribuir con el crecimiento industrial, el desarrollo de la infraestructura energética y el intercambio y transferencia de tecnología".
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