red.diariocritico.com
Tú a la comba, yo al balón

Tú a la comba, yo al balón

   Cuando mi hijo tenía doce o trece años jugaba en el equipo de fútbol del colegio y entre sus compañeros de equipo había una niña, Laura, que era delantera extraordinaria. Laura metía goles y corría como un gamo. Competían contra otros colegios y no era inhabitual que alguna otra niña jugara en los otros equipos. Bien es verdad que eran pocas, la excepción. Y recuerdo como de manera espontánea los chicos de los equipos se comportaban con ellas de manera distinta. Vamos, que no las daban patadas, ni las empujaban, si acaso algún grito si alguna se cruzaba o hacía algo que les molestaba.

   Luego cuando fueron más mayores, a las niñas ya no les permitieron seguir jugando en esos equipos mixtos, porque lo prohíbe creo que la Federación, y los padres nos sublevamos. Nos parecía una discriminación injustificada.

   Recuerdo esto a propósito de la iniciativa parlamentaria del diputado socialista José Alberto Cabañes que pretende que el Parlamento trate el que en el patio de los colegios, durante los recreos, los profesores organicen juegos que no san sexistas y propone que las niñas jueguen al fútbol y los niños salten a la comba.

   Tengo que reconocer que la iniciativa del diputado socialista me ha dejado estupefacta. Me explico, en primer lugar es evidente que hay que promover una educación que no sea sexista, que hay que educar en valores desde la infancia enseñando a los críos que todos somos iguales independientemente de nuestro sexo, raza o creencias. Pero a partir de ahí me parece un dislate que a los niños se les pueda obligar a saltar a la comba y a las niñas a jugar al fútbol. El Estado no puede ocuparlo todo hasta llegar a regular a qué juegan los niños en el recreo.

   Ya me parece una barbaridad que en algunas comunidades autónomas, como la catalana, a los niños se les obligue a "jugar" en catalán negándoseles el derecho en jugar en la lengua que les dé la gana. Pero seguir avanzando en la idea de que el Estado está por encima de los derechos individuales más elementales me parece una barbaridad.

Enseñémosles a respetarse, a que tengan claro que tienen los mismos derechos, que nadie es superior a nadie, pero a partir de ahí que cada uno juegue a lo que le dé la gana.

   Por mucho que se empeñen los aprendices de brujo que hacen ingeniería social, los hombres y las mujeres somos diferentes, lo que no significa que no podamos hacer las mismas cosas y tener los mismos derechos, porque lo importante es tener la libertad para elegir lo que uno quiere. Y hay edades en que a los niños les gusta dar pelotazos y a las niñas jugar con muñecas y obligar a los niños a jugar con muñecas y a ellas dar balonazos es hacer ingeniería social.

¿Qué pasa si un niño se niega a jugar con las muñecas? ¿le castigarían? ¿le pondrían orejas de burro acusándole de machista? ¿y si una niña no quiere jugar al fútbol porque no la gusta?, ¿la obligaran a dar pelotazos?

   Luchar contra la discriminación y contra el sexismo no pasa por medidas como ésta. Saben, a veces pienso que entre la nueva hornada de dirigentes socialistas hay muchos aficionados a la ingeniería social. Y entonces pienso en aquel libro terrible de Orwell: "1984", ¿se acuerdan?.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios