No hay mal que por bien no venga. Bien pensado, que haya encallado el plan del Presidente del Gobierno para regalar a cada escolar un ordenador -plan cuyo coste, por cierto, pensaba endosar a las comunidades autónomas-, no es mala cosa. Me explicaré.
Zapatero anunció la media respondiendo a una crítica muy extendida entre la sociedad española acerca del fracaso escolar. De la sombra de ese fracaso tampoco se libra la universidad. Cuando se habla de modernizar los sistemas pedagógicos siempre hay alguien que cree que la solución pasa por informatizar las aulas. Es una salida, pero no la solución al problema. A mi
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modo de ver, habría que replantear ese punto de vista porque induce a pensar que basta con tener acceso a Internet para estar ya en poder de la sabiduría. No es así: el acceso a la Red no apareja,
"necesariamente", el conocimiento.
Sé que está de moda la simplificación, incluso la infantilización del saber -como prueba el lenguaje de los noticiarios de la televisión o los parlamentos de algunos de nuestros políticos-, pero ese camino, el de la simplificación, es contrario al que conduce al saber. A los escolares hay que obligarlos a leer. Los hábitos se crean por obligación, con constancia. Y la constancia -la tenacidad, incluso, a la hora de leer- resulta imprescindible en cualquier tipo de educación. El verdadero saber es el que se forja con los libros y los años. A la vista del bajo nivel de comprensión de lectura que tienen los alumnos, hay pedagogos que dicen que antes que instalar Internet en las escuelas, lo pertinente sería imponer una hora al día de lectura en silencio. En resumen: antes que navegar por la Red hay que leer libros y reflexionar sobre lo que leemos. Claro que dicho así, no es idea que se deje convertir en propaganda electoral. Que es lo que pretendía ZP con la otra.
Si (
No(
