San Isidro. 9ª de Feria
Sonrisas y lágrimas de la Fiesta: oreja para Tejela y cornada para Ferrera
La fiesta presentó sus dos facetas: la cruz, con la cornada para Antonio Ferrera, que vio soliviantada su carne al inicio de su primer trasteo, y la cara, con una bellísima faena de Matías Tejela que le valió una oreja. Luis Bolívar, que tuvo el gesto de torear herido por el percance que sufrió hace sólo dos días, no se acopló con ninguno de sus toros, aunque estuvo muy valiente y decidido.
Cinco toros de CORTÉS y 4º, sobrero, de FERNANDO PEÑA. Bien aunque desigualmente presentados en general, flojos, nobles, mansos y manejables -con 1º y 4º encastados- excepto 6º, que no dio juego. ANTONIO FERRERA: ovación en el 1º, que le cogió. MATÍAS TEJELA: silencio; oreja; silencio tras aviso. LUIS BOLÍVAR: silencio tras aviso; silencio tras aviso.- Plaza de Las Ventas, 15 de mayo. 9ª de feria. Lleno.- Incidencias: Antonio Ferrera fue herido de pronóstico menos grave por el primero, que le infirió una cornada en el muslo derecho de 15cm.
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El triunfador de la tarde fue Matías Tejela, con una faena de altos quilates artísticos frente al sobrero que hizo cuarto -al ser devuelto el titular por inválido-, que le hubiera correspondido a Antonio Ferrera,y que, seamos sinceros, nunca habría alcanzado tal nivel de calidad. Fue una labor por ambos pitones de gran inspiración, belleza y ribeteada de sentimiento, en la que destacaron unos naturales de muleta 'arrastrá' y profundidad oceánica.
Como un final apoteósico y creativo con ajustadísimas bernadinas y una sinfonía de remates. Pero pinchó antes de la estocada -definitiva y desprendida- y se llevó sólo una oreja, pero de peso. Con su primer enemigo, más medidor y probón, también lo intentó en una labor muy técnica y profesional. Como con el sexto, que en ningún momento le dio opciones y se acabó enseguida.
En el haber de Luis Bolívar, es justo y necesario mencionar que actuó sin recuperarse de la cornada que sufrió en este mismo escenario hacía menos de 48 horas y bajo su responsabilidad. El colombiano le echó arrestos y espectacularidad, pero en su debe es menester señalar que sus faenas se fueron diluyendo e incluso la codicia del quinto le desbordó al no estar físicamente -el coletudo- a tope.
El que da lo que tiene no está obligado a más. Se escribe esto por Ferrera, quien tras banderillear haciendo honor a su apellido italianizado, Ferrari, se metió mucho con el encastado primero a base de ganas y sinceridad, aunque el bicho pedía más calidad.Y en un descuido cuando el extremeño se iba centrando sobre la mano derecha, el burel le sorprendió, aunque Ferrera se hizo un torniquete y aguantó hasta despenarlo.
Si (
No(
