red.diariocritico.com
Comienza el tiempo del lehendakari López

Comienza el tiempo del lehendakari López

Esta semana, con bastante probabilidad, Patxi López va a ser protagonista muy principal de la vida política, por razón de su investidura como jefe del Gobierno o lehendakari de Euskadi. No es solamente un nuevo personaje en el palacete de Ajuria Enea, es que, además, con su presencia en dicha sede del Gobierno vasco, se procede al relevo de los nacionalistas del PNV por vez primera en casi tres décadas. Y se hace por virtud del acuerdo alcanzado entre socialistas y populares, algo también insólito e incluso difícil de explicar, dado la acidez de las relaciones de ambos partidos en el conjunto de España.

   Sin embargo, Patxi López y Antonio Basagoiti han sido capaces de confiar el uno en el otro y de dar a luz este Gobierno en el que el PP, sin participar directamente con ministros propios, se propone apoyar lo que hagan los socialistas. ¿Cómo ha sido posible? Primero, por la voluntad decidida de ambos grupos por expulsar del poder a un PNV que ya parecía "la religión de Estado, o el régimen de Euskadi" como en su día vino a calificarlo, para negarlo, el ahora candidato a lehendakari. Patxi López hubo de esforzarse en convencer a los nacionalistas de que no son más que un partido más, hegemónico, bien es cierto, pero al que es posible suceder e el ejercicio del poder...

   Ha sido posible esta situación porque en las elecciones del primero de marzo, los nacionalistas del PNV habían visto extraordinariamente reducidos sus apoyos de las legislaturas anteriores, y de ese modo, fue posible sumar los votos de PSE y PP y reunir más que el PNV y sus propios socios. Y fue posible por el vivo deseo de los no nacionalistas por demostrar que podía constituirse un Gobierno no nacionalista y, sin embargo, no frentista, en el que se llegaran a acordar las cuestiones centrales: lucha contra el terrorismo etarra, respeto al Estatuto autonómico vigente, y lucha contra los efectos de la crisis económica. A partir de ahí, los dos partidos elaboraron una serie de puntos de apoyo mutuo, cuya virtualidad tendremos oportunidad de comprobar en los meses venideros.

   Eso sí, la sustitución de los nacionalistas en los centros del poder en Euskadi no ha sido fácil ni sencillo. No en vano, casi treinta años de ejercicio del poder por parte de esa misma familia, el PNV, ha facilitado que muchos de sus socios y dirigentes echaran profundas raíces. Incluso después de constituido el nuevo Gobierno, se da por hecho que se mantendrán en sus cargos no pocos altos funcionarios que han venido ejerciendo en gobiernos nacionalistas. Ni tampoco está resultando sencillo al ya casi lehendakari López a constituir su equipo de trabajo con independientes.

   Por otro lado, el enfado del PNV por verse desplazado del poder en Euskadi no se ha disimulado: el PNV pretende seguir liderando Euskadi desde la oposición y ese enfado se ha hecho visible de inmediato en el Congreso de los Diputados de Madrid, donde el portavoz Josu Erkoreka ha cambiado su actitud de manera radical: de colaborar con el Gobierno de Zapatero ha pasado a ser uno de sus más duros opositores, con discursos claramente hostiles hacia sus antiguos amigos del Gobierno...

   Ahora, finalmente, llegan las sesiones de la investidura, en las que el candidato a lehendakari expondrá sus propósitos de actuación, y en las que se comprobará, finalmente, que cuenta con más votos que el candidato del PNV, Juan José Ibarretxe, finalmente resignado a no sucederse a sí mismo en la lendakaritza y en el Palacio de Ajuria Enea. Pero nos hallamos ante todo un experimento de inciertos resultados por virtud de la colaboración -con algunos grados de desconfianza inevitable- entre socialistas y populares de Euskadi...

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios