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La situación es mala

La situación es mala

Es el más contundente resultado de la encuesta cuyos resultados ha proporcionado este domingo el diario 'El País', en la que se insiste en la ventaja que ahora mismo registra el PP sobre el PSOE, de 1,2 puntos. Dicen los mismos resultados de la investigación que el 60 por 100 de los españoles suspendemos a Rajoy y el 49 por 100 a Zapatero. Es decir, que ambos políticos se ven severamente sancionados por los ciudadanos electores. Pero sobre todo, es destacable que son, o somos un 81 por 100 quienes creemos que la situación es mala.

   Sin contemplaciones, o con todas las contemplaciones que se quieran aportar, es evidente que las cosas están mal y no "pintan" mucho menos para un futuro próximo: Nada menos que un 53 por 100 de los consultados entiende que la situación todavía irá a peor. Es decir, que la situación de crisis económica, y su más grave efecto que es el espectacular y dramático número de los cuatro millones de parados, obliga a considerar el estado de cosas sin rodeos y sin miramientos: la cosa está mal, pero nada permite deducir que los dos principales políticos del país están haciendo lo que se espera de ellos, y en particular el jefe de la oposición, al que se podría sospechar que se estaba beneficiando del deterioro que padecen los gobernantes...

   Pues, no. Tampoco se salva Rajoy, a quien es probable que los ciudadanos vean demasiado a menudo en actitud crítica, pero poco o nada colaborador para colaborar en la resolución de los problemas. Está ya a la vista, a poco más de ocho días, el debate del estado de la Nación, en el que se anticipa que el jefe del Gobierno va a proponer a las restantes fuerzas políticas que se sumen a una serie de medidas e iniciativas que podrían cooperar en el alivio y solución de la crisis. Está por ver, naturalmente, cuál es esa oferta, y está por ver, a continuación, la actitud que adoptan unos y otros partidos, conscientes de que posiblemente lo más cómodo podría ser quedarse al margen de iniciativas y medidas, pero ya conscientes de que también esa actitud pudiera resultarles extraordinariamente inadecuada e inconveniente para sus propósitos electorales.

   Una y otra vez el Gobierno ha acusado a los populares de no participar en la solución de los problemas, o de no aplicar sus propias recetas a los gobiernos autonómicos que ejercen. Recientemente, el propio ex presidente Aznar venía a proclamar que él sabe cómo salir de la crisis. ¿Por qué no hace una demostración en sus gobiernos regionales de Madrid, Valencia, Murcia...? Posiblemente, porque no es tan sencillo de hacer como de proclamar y vanagloriarse.

   La situación es mala, y aún podría empeorar. Y hasta el momento, parece que es cuestión del Gobierno, tanto la responsabilidad de la crisis misma, como la adaptación de medidas para afrontarla y dejarla atrás. Como si en otros países se aplicaran medidas distintas a la inversión pública. Es cierto que en nuestro país el porcentaje de parados es muy superior a la media comunitaria, como lo era la creación de puestos de trabajo en época de vacas gordas. En esta materia, es seguro que sería adecuado reformar el mercado del trabajo y dar alicientes a los empresarios para que se animen a contratar. Por ahí podrían ir algunas de las medidas que se debatan en el Congreso los días 12 y 23 próximos...

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