En concreto, el Departamento del Tesoro está preparando la aplicación del capítulo 11 para declarar la bancarrota de Chrysler, que podría producirse la semana que viene, según ha adelantado The New York Times, que cita fuentes sindicales. El Tesoro habría llegado a un acuerdo con el Sindicato de Trabajadores del Automóvil para preservar el plan de pensiones de sus miembros y el seguro médico a condición de que se acojan a la bancarrota.
Por su parte, General Motors anunció este jueves que, debido a la crisis del sector, cerrará temporalmente trece plantas de ensamblaje en Norteamérica, lo que le permitirá reducir la producción en unos 190.000 vehículos. En un comunicado, explica que la medida le permitirá reducir el inventario de vehículos que tienen en la actualidad los concesionarios, y que es muy alto debido a la depresión en la demanda, y ajustar la producción a las necesidades del mercado.
La compañía estadounidense, que se encuentra en serios problemas para sobrevivir, situación que ha llevado al gobierno de EE UU a optar por dos soluciones: su quiebra controlada o la entrada de capital público en la compañía.
Precisamente hoy, se ha sabido el interés de la italiana Fiat en Opel, filial de GM también inmersa en serios problemas por la crisis y el modelo de producción. La crisis ha afectado incluso a los productores japoneses, los que en un principio se encontraban en mejores condiciones, según se demuestra en los distribuidos en las últimas horas sobre la situación de la industria.