Im-presentables del sábado y domingo

La web vasca presenta los resultados mal y tarde

La página oficial vasca en la que debían aparecer publicados los datos tanto de participación como de resultados por porcentaje de voto escrutado ha resultado ser un fiasco. Han tenido que ser portavoces del PP y PSE los que dieran a conocer los primeros datos con un porcentaje de votos que rondaba ya el 38% mientras la web censuraba esta información hasta que se ha alcanzado el 80% de escrutinio. Momento en el que se ha visto colapsada y difícilmente podía seguirse la información -al contrario de lo que ha sucedido en la página electoral gallega-, y además, la publicación resultaba ser nefasta ya que mostraban el porcentaje de escaños, pero sin poner a qué partidos pertenecían, mal organizados y teniendo que deducirlo 'intuitivamente'...

Ya pasadas las 22:30 horas, la web ha ofrecido los ansiados datos


De nuevo, las bombillas de Sebastián

Lo de las bombillas de Miguel Sebastián, ministro de Industria, ha sido, si ustedes nos perdonan el (pésimo) juego de palabras, una idea bastante boba, o al menos bobilla. Poco luminosa, vamos. Resulta que hicieron un plan piloto para ver cómo iba la cosa en Aragón, y ahora, gracias a un esclarecedor reportaje en El Mundo de este domingo, nos enteramos de que de 3.300 enviadas, los usuarios han ido a recoger la fastuosa cantidad de…nueve. Nueve bombillas que aclararán la vida a otras tantas habitaciones aragonesas. Bombillas ‘made in China’, como sabemos productor típicamente nacional. Y, mientras, los coches almacenándose merced a la no menos brillante idea del ministro de anunciar que, en dos años, todos serán eléctricos (¿?). Sinceramente, creemos que ya es hora de abandonar oficialmente este dispendioso plan bombillar, que no es la bomba precisamente, dar explicaciones y presentar excusas a la ciudadanía y cesar al ideólogo, que no ha hecho otra cosa que cometer dislates no desde que llegó al cargo, sino antes, desde que ocupó la oficina de planificación económica en Moncloa, pasando luego a la, mejor olvidar el episodio, candidatura a la alcaldía de Madrid.  Con Sebastián lo vemos todo negro, y muchos de quienes nos escriben para enviar candidaturas al premio im-presentable de 2009, también. Confiemos en que el esclarecido ministro ya no esté en el cargo para cuando demos el premio, a finales de este año de crisis.



Además de dictador, hortera

Robert Mugabe se ha convertido en uno de esos gobernantes que son la vergüenza del mundo y en uno de los que ha propiciado que algunos países africanos, pese a sus riquezas naturales, se encuentren entre los más miserables del mundo. No podemos felicitar al tirano de Zimbabwe por su 85 cumpleaños, que celebró con una fiesta hortera y dispendiosa --¡ocho mil kilos de langosta, dos mil botellas de champan!—en su pueblo natal, a cincuenta kilómetros de Harare. El dictador de la ex Rhodesia sigue pretextando un difuso antiimperialismo contra los blancos para justificar su tiranía, para haber convertido a Zimbabue en el país más endeudado del mundo y a sus gentes en unas de las que menor esperanza de longevidad tienen en todo el planeta. Pero él, eso sí, ha soplado las ochenta y cinco velas de la inmensa tarta con la que se culminó la macrofiesta hortera.


El aplaudidor

Nada hay más triste que el comparsa. El tipo ese que aplaude para que ‘su’ alcalde, José Manuel Martín Alba, ‘Pepe Calayo’ en los escenarios, sonría mientras es conducido por la guardia civil hacia el calabozo. El alcalde, cantaor flamenco y conseguidor de recalificaciones urbanísticas de todas las maneras ilegales posibles, es el ‘cerebro’ (por decirlo de algún modo) de un delito de corrupción a gran escala. Un presunto delincuente, esta vez aferrado –López Viejo, en Madrid, se agarraba a otras siglas—a un carné del PSOE. Alcaucín, la localidad malagueña donde ‘Pepe Calayo’ se desempeñaba, con mayoría absoluta en cinco legislaturas, como edil, era un pueblo encantador; ahora es una masa de hormigón y cemento. Como tantos pueblos costeros españoles. Y lo peor es que tantos y tantos alcaldes y concejales de Urbanismo han recibido el aplauso pelota y agradecido –el negocio es el negocio—de unos vecinos encantados de una corrupción de la que algunas migajas les llegaban. Y les llegan. Eso sí, agradecidos lo son también cuando a su mentor le llega la desgracia, que alguna vez a (algunos) les ha de llegar.
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Im-presentable 2009: primeros candidatos



Va evolucionando el año informativo con grandes e interesantes noticias pero los que se van postulando para el 'Premio Im-presentable 2009' son algunos políticos. Nuestros lectores les van nominando en nuestra dirección de correo y nosotros también les vamos sacando a esta sección diariamente.

Hay muchos votos para Jiménez Losantos, ganador del premio en 2008, la primera edición, y que es el único que no es político, aunque su labor esté tan ligado a este mundo. Porque en el terreno político quienes destacan sobre todo son Miguel Sebastián -que no deja de hacer méritos con sus apresurados planes anti-crisis-, el italiano Silvio Berlusconi -cuyas posturas ultraconservadoras asustan a su país y al resto del mundo-, el presidente Zapatero y su ministro de Economía, Pedro Solbes -que se llevan las principales iras de nuestros lectores por la gestión de la crisis- y, también destacada, está la madrileña Esperanza Aguirre. Eso sí, en los últimos tiempos está haciendo sus méritos el ministro de Justicia, Fernández Bermejo. Sigan votando, recuerden, en nuestra dirección preparada para ello.

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ENVÍENNOS SU IM-PRESENTABLE

¿Tiene usted un im-presentable? Diariocrítico quiere abrir su im-presentable a la opinión de nuestros lectores. ¿Tiene usted un candidato? Envíenoslo a este correo [email protected].  

¿Quiénes son im-presentables para nosotros?

Pues gentes que sin duda merecedoras de respeto, que habitualmente se comportan con normalidad, pero que, ocasionalmente, hacen cosas im-presentables. Gentes conocidas, populares, que a veces se ‘pasan' unos cuantos pueblos. Pretende ser una sección amable. Una cosa es ser (ocasionalmente) im-presentable y otra merecer la condena de la sociedad por acciones repudiables y aborrecibles.