Argentina y Estados Unidos dieron hoy por superado el incidente que generaron unas declaraciones del director de la CIA, Leon Panetta, en las que criticaba la capacidad del país sudamericano para afrontar la crisis global.
Así lo manifestaron fuentes oficiales de ambas naciones después de una reunión de más de una hora de duración entre el canciller argentino, Jorge Taiana, y el embajador estadounidense en Buenos Aires, Earl Anthony Wayne.
En la entrevista, que se desarrolló en la sede de la Cancillería argentina y concluyó sin comentarios, Taiana pidió "explicaciones" a Wayne sobre las manifestaciones de Panetta, dijeron a Efe fuentes del Ministerio de Exteriores.
Según un comunicado de la embajada estadounidense en Buenos Aires, Wayne le dijo a Taiana que la de Panetta "no fue una expresión de la opinión del Gobierno de los EE.UU. sobre Argentina".
"El director (de la Agencia Central de Inteligencia) simplemente se refirió a comentarios que le hizo un funcionario extranjero. Ambos diplomáticos coincidieron en que este episodio no debe afectar la importante agenda bilateral", continúa la nota.
Además, señala que el embajador y el jefe de la diplomacia argentina destacaron que ambos países "coinciden en la necesidad de coordinación y cooperación internacional como la forma más constructiva de ocuparse de la crisis económica global".
Fuentes de la Cancillería dieron una versión similar de la entrevista y sostuvieron que "el embajador norteamericano transmitió que el Gobierno de EE.UU valora la participación de Argentina en los esfuerzos internacionales para enfrentar la crisis".
Taiana adelantó antes del encuentro que exigiría a Wayne explicaciones sobre qué fuentes y datos maneja Panetta para haber cuestionado la preparación de Argentina, entre otros países de la región, frente a la crisis financiera, además de considerar sus palabras como una "injerencia intolerable" en los asuntos internos del país.
La controversia por las afirmaciones del director de la CIA se generó este jueves y constituyó el primer encontronazo entre Buenos Aires y la administración de Barack Obama, por quien la presidenta argentina, Cristina Fernández, ha manifestado admiración en varias ocasiones.
En diciembre de 2007, poco después de que Fernández asumiera la Presidencia, Argentina y EE.UU. tuvieron un fuerte desencuentro por el llamado "caso del maletín", como se denominó al intento del empresario Guido Antonini Wilson de ingresar 800.000 dólares de contrabando en Buenos Aires.
En aquella ocasión, el Gobierno argentino habló de "operaciones basura" cuando un fiscal de Miami que investigó un caso de presunto espionaje venezolano difundió grabaciones de conversaciones de los acusados, según las cuales el dinero incautado al empresario venezolano-estadounidense Antonini Wilson era para la campaña de Fernández.
Sin embargo, ambos países dejaron atrás el episodio después de que, en enero de 2008, el embajador Wayne explicara a la mandataria argentina que el "caso del maletín" no tenía en su país "objetivos políticos.
Varios gestos de distensión a lo largo del año y el triunfo del demócrata Barack Obama en las elecciones presidenciales estadounidenses hacían prever una mejoría en las relaciones bilaterales.
De hecho, el demócrata, pocos días después de ser elegido, telefoneó a la presidenta argentina, a quien dos semanas antes había enviado una carta en la que le expresaba su apuesta por un trabajo conjunto y subrayaba la importancia de la relación entre ambos países.
Esa relación pareció afianzarse la semana pasada con una reunión en Washington entre el vicecanciller argentino, Victorio Taccetti, y el secretario estadounidense de Estado adjunto para Latinoamérica, Thomas Shannon, la primera cita a este nivel entre representantes de un Gobierno latinoamericano y la Administración de Obama.
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