Miércoles 24 de septiembre de 2008
En serio que Guillermo Mariscal, diputado del PP por Las Palmas, se ha tomado en serio eso del ecologismo bicicleteril con el que ya sorprendió a sus señorías a comienzos del verano, cuando llegó al Congreso con casco y bici plegable.
Y decimos que en serio que se lo ha tomado en serio porque acaba de protagonizar una anécdota que no deja de tener su aquel. Mariscal –Madrid, 1974- fue invitado en la noche del martes a una cena con el embajador de Estados Unidos en España y otras personalidades en casa de amigos comunes.
La cena transcurrió amistosa, claro, y a la salida, las despedidas efusivas en el portal a la espera de los cochazos oficiales –los de los escoltas incluidos-.
Y según iban llegando los ‘cuatro ruedas’ de gran cilindrada, Mariscal sacó del hueco de la escalera su bici plegable, la desplegó, se puso el casco y a pedalear. Spain is different.