Pascual Hernández del Moral. | Domingo 10 de noviembre de 2013
Lo cierto y verdad,
amigo mío, es que todo el mundo se le ha echado encima, pobrecito: padres,
maestros, profesores, alumnos chicos y grandes, investigadores, universitarios,
políticos y sociedad catalanes... No he leído nada sobre una posible huelga de
PND (antes, personal no docente) ni de militares sin graduación y guardas de
campo, pero tampoco me costaría trabajo creer que también ellos se han
levantado contra él. Sólo han faltado los deportistas profesionales de élite,
quizás porque eso de la educación y cultura no va mucho con ellos... Según la decisión última sobre los
Erasmus, sospecho que hasta sus compañeros de gabinete se ponen de perfil al
hablar de él. Dice que no se hubiera metido en ese jardín, del que ha salido
como gato que trepa la olla, si hubiera sabido que podían facilitarle
disponibilidades presupuestarias para atenderlas. Pero, ¡se ha metido en tantos
jardines que, habrá pensado, por meterse en uno más...!
Y es curioso, porque Wert
es un tipo listo, que ha sabido pasar por los diferentes partidos políticos desde
la transición hasta hoy, como pasa la luz por el cristal, sin mancharlo ni romperlo:
de la UCD, ID, PDP hasta llegar al PP. Y, aunque su formación es en Derecho, su
devoción ha sido siempre la de medir las reacciones de la sociedad, y realizar
sondeos de opinión. Cuesta trabajo entender que un competente conocedor de las
reacciones de la gente, haya despreciado los líos que todos veíamos venir.
Antes se decía que,
cuando un gobierno tenía conciencia de hacer poco, preparaba una ley de
educación, porque hacía mucho ruido, era barato, le obligaba a casi nada, y la
sacaban adelante los maestros y profesores con su esfuerzo. Repase, caro amigo,
las leyes de educación que se han promulgado desde la llegada de la democracia,
y me dará la razón. Es curioso que la derecha no haya puesto en marcha ninguna:
la única que logró terminar, quedó sin aplicar. Me refiero a la famosa LOCE
(Ley Orgánica de Calidad de la Educación) de Pilar del Castillo, que no llegó a
entrar en vigor porque el PP perdió las elecciones, y el PSOE mantuvo la LOGSE/LOE.
Y en esas estamos desde 1990, o sea, hace 23 años.
Pero yo quiero romper
una lanza a favor de Wert, a pesar de su poca gracia. Es verdad que parece
petulante, orgulloso, altivo, vanidoso, fatuo, y cuanto queramos decir de él;
es verdad que ha metido la pata hasta el corvejón en muchas ocasiones
(¿recuerdan aquello de castellanizar Cataluña?); es verdad que no despierta
simpatía en casi nadie por lo pedante y pretencioso. PERO HAY QUE DARLE LA
RAZÓN EN QUE HACE FALTA UN CAMBIO EN PROFUNDIDAD DEL SISTEMA EDUCATIVO. Si
repasamos los informes internacionales sobre la excelencia de nuestros
estudiantes se nos caen los palos del sombrajo. Si revisamos el ranking de las
universidades del mundo, estamos en lo más profundo; si nos fijamos en los
resultados de rentabilidad de nuestros investigadores, desde la fregona hemos
patentado bien poca cosa. O sea, que a poco que nos fijemos, nuestro sistema
educativo es un erial.
ES, PUES, EVIDENTE,
LA NECESIDAD DE UN PROFUNDO CAMBIO, que pase, no tanto por un incremento de
"contenidos", sino por una actualización de los mismos; una racionalización de
los métodos; una modernización de los medios; una mayor exigencia en la
formación de docentes; una continua actualización motivadora de los maestros y
profesores; y UN IMBUIR HÁBITOS DE RESPONSABILIDAD, DE RESPETO Y DE TRABAJO EN
LOS ESCOLARES Y ALUMNOS DE TODOS LOS NIVELES.
Y perdemos la
referencia necesaria cuando discutimos si la religión sí, o si la religión no,
si los obispos mandan o si mandan los laicos, si la educación para la
ciudadanía es imprescindible o se puede prescindir de ella: cuando yo
estudiaba, la religión era obligatoria, y la educación para la ciudadanía se
llamaba Formación de Espíritu Nacional; pero, aquí, entre nosotros, le
confesaré, simpático lector, que ni al cura le importaba mucho lo que
aprendíamos, ni el alférez provisional que nos hacía leer el LUISO perdía el
sueño por nuestro rendimiento.
Por eso pienso que sí, que es necesario modificar el
plan de estudios para mejorar el rendimiento del melonar. Hacen falta
discusiones entre unos políticos y otros; pero, tras discutir cuanto sea
necesario, deben llegar a acuerdos, porque los planes de estudio no deben estar
al albur de quien gobierne cada cuatro años. No me parece serio que los
socialistas estén ya anunciando ya que, cuando entren (si es que entran) van a
derogar todo lo hecho. Y mientras tanto, se nos cae el chozo. A ver si ahora
que ha acabado el "simposium" del PP y empieza la actualización ideológica el
Psoe, piensan en ponerse de acuerdo en este asunto trascendental. Aunque lo
dudo.
Porque, amigo lector,
visto el chozo, se adivina el melonar.
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