Opinión

Indignación parcial ante la sentencia de Estrasburgo: en España hay dos varas de medir

Iñaki Anasagasti | Viernes 25 de octubre de 2013
Entiendo que a quien le han matado un hijo, un germano, un padre, un sobrino o algún familiar por parte de ETA, estén desolados. Lo entiendo. Y comprendo no solo su indignación sino su rabia. Lo entiendo.

Pero ¿qué decir ante el no cumplimiento de sus penas, miles de años, del general Rodríguez Galindo y otros asesinos y torturadores, creadores del Gal o miembros activos de la guerra sucia?

Se han cumplido treinta años del asesinato de los jóvenes Lasa y Zabalay todos hemos comprobado como el general de la Guardia Civil vive tan campante en su casa. Y eso que se le había encomendado por la sociedad proteger la vida de Lasa y Zabala. Y luego los metió en cal viva.

Entiendo que a los familiares de los muertos producidos por la miembro de ETA beneficiada por la sentencia de Estrasburgo estén desolados, indignados y clamando justicia. Lo entiendo.

Pero que España entienda también que los familiares de Lasa y Zabala opinen lo mismo de la justicia española. ¿Se entiende? No, no se entiende por la sencilla razón que hay dos varas de medir.

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