Sábado 04 de febrero de 2012
Al final, si bien se mira, los discursos de Pérez
Rubalcaba y de Carme Chacón tampoco fueron tan dispares. Aunque la una cargó más
contra la 'derecha alemana' de Merkel y el otro contra los banqueros en general.
Aunque ella ofreció un pacto al actual Gobierno del Partido Popular y él dejó de
lado cualquier acuerdo, centrándose en un ataque a la 'contrarreforma'
emprendida por el Ejecutivo de Rajoy. Es más: el ex vicepresidente del Gobierno
llegó a lanzar una difusa amenaza diciendo que los socialistas se plantearán la
revisión del acuerdo con la Santa Sede si 'sigue el retroceso' en materia de
avances sociales.
Puede que un observador casual pensase que el discurso
de Rubalcaba era 'más de izquierda' que el de Chacón, y que el de ella estaba
más 'asesorado', era más de marketing, más mitinero. Quién sabe: matices se
pueden encontrar muchos. Pero ninguno de los dos ofreció un modelo
revolucionario de partido. Todo lo contrario: como afirmó Rubalcaba, hay que
cambiar el PSOE -manteniendo cada una de las letras de las siglas-para seguir
siendo el PSOE.
Pocos cambios en profundidad se planteaban, en suma,
ambos candidatos, que hicieron discursos eficaces, mirando a los compromisarios
indecisos, que eran, se calculaba, la cuarta parte aproximadamente de los más de
novecientos cincuenta asistentes con derecho a voto. Chacón citó a la UGT, el
sindicato 'hermano' al que olvidó Rubalcaba; y los dos hicieron constantes
llamamientos a los cargos municipales, de los que había muchos representantes en
la sala.
Los dos hablaron de 'abrir el partido a la sociedad', pero
insistiendo en que antes hay que abrirlo a los propios militantes: Rubalcaba
prometió, si ganaba, una conferencia de organización antes del verano. Los dos
pidieron un 'Partido Socialista Europeo', que trascienda a los
nacionales.
Pero ninguno de los dos habló de la necesidad de potenciar
la sociedad civil, ni de las reformas financiera y laboral que está poniendo en
marcha el Gobierno de Mariano Rajoy. En el fondo, fueron muchos los problemas de
la España de hoy que quedaron sin abordar, probablemente porque este congreso
está siendo más endogámico que otra cosa, aunque ambos candidatos se refirieron
varias veces a 'los que están fuera', a los parados, a los ciudadanos que
reclaman soluciones. Se trataba, lo primero, de ganar el congreso, llevarse la
secretaría general, formar una Ejecutiva a la medida del vencedor (cosa a la que
se aplicaban esta madrugada). La verdadera tarea de oposición a la mayoría
absoluta del PP en ayuntamientos, en comunidades autónomas y en el Gobierno
central comienza a partir de este lunes.
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