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Otra gesta de Nadal: remontó tres bolas de partido a un gran Djokovic y al final le ganó

Partido épico y agónico en la semifinal del Mutua Madrileña

Sábado 16 de mayo de 2009
El tenista español Rafa Nadal, más 'Supernadal' aún, presentó su candidatura al título del Mutua Madrileña Madrid Open al remontar increíblemente y sufriendo mucho en semifinales ante el serbio Novak Djokovic, que dispuso de hasta tres bolas de partido desaprovechadas. No hay quien pueda con el mallorquín. .

El número uno del mundo, que tardó más de dos horas en tener una bola de 'break', tuvo que esperar mucho para desplegar sus mejores golpes, pero reaccionó a tiempo y terminó imponiéndose por 3-6, 7-6 (5) y 7-6 (9) después de cuatro horas y dos minutos de juego, demostrando, una vez más, que está abonado a los triunfos maratonianos.

Djokovic volvió a quedarse con la miel en los labios, después de haber puesto contra las cuerdas al mallorquín en la final del Masters de Montecarlo, pero sigue sin saber ganar a Nadal sobre tierra batida, y permitió que el balear alargará a 33 sus victorias consecutivas sobre esta superficie después de salvar tres 'match-points'.

No estuvo cómodo el número uno del mundo al inicio del duelo y lo pagó con creces. Una doble falta le costó el 'break' en el segundo juego (2-0). Djokovic, que había saltado a la cancha muy 'enchufado', se encontró con todo de cara, y no dudó en aprovecharlo. La bola botaba de un modo extraño, y totalmente diferente a los días anteriores, y Nadal, muy atrás en la pista, no era capaz de encadenar buenos golpes seguidos.

 A partir del sexto juego, el balear consiguió mejorar un poco, pero no lo suficiente y aunque salvó la segunda bola de 'break' que tuvo el de Belgrado, en el octavo juego, no tuvo ninguna ocasión para arrebatar el servicio al balcánico y terminó cediendo la manga por 6-3.

En el segundo set, Nadal saltó a la cancha más agresivo, lo que le permitía mantener sus saques, no sin dificultad, pero era incapaz de inquietar a su rival con el resto. Además, necesitó asistencia médica tras el tercer juego, con 2-1 a su favor en el electrónico y después de salvar una bola de 'break', debido a unas molestias en el cuádriceps, por lo que tuvieron que vendarle por encima de la rodilla derecha.

   En el noveno juego, Nadal tuvo que salvar dos nuevas pelotas de rotura y seguía siendo incapaz de inquietar a Djokovic con su resto. Con 5-5 en el electrónico, volvió a contar 'Nole' con otra bola de 'break', pero Rafa la salvó. Y en el duodécimo juego llegó la primera ocasión de ganar el servicio a su rival, con una bola de 'break' -primera del partido tras dos horas y ocho minutos-- que le hubiera dado el set, pero su rival la salvó con una buena derecha.

Fuerza la muerte súbita

De todos modos, el balear consiguió forzar el 'tie-break' y en él demostró los mimbres que le han permitido convertirse en el número uno del mundo. Un 'mini-break' le permitió ponerse 4-2 y con su siguiente saque se puso 6-3, para gozar de nuevas bolas de set, no pudo rematarlas con el saque de Djokovic (6-5), pero con el suyo cerró la manga (7-5).

En la manga definitiva, Djokovic se cobró la primera ventaja (3-1), pero Nadal no tardó en reaccionar y lo recuperó con su siguiente resto (3-2). En ese momento, 'Nole' solicitó la asistencia del 'fisio' para recibir un masaje en el muslo izquierdo, pero sus problemas físicos no acabaron ya que en los dos siguientes cambios de pista necesitó nuevos masajes.

Ambos sabían lo que había en juego y no quisieron tomar riesgos innecesarios por lo que no pudieron lograr ninguna nueva ventaja y tuvieron que decidir su destino en una nueva muerte súbita. Nadal inició tuvo el primer 'mini-break' (2-1), pero 'Nole' dio la vuelta al marcador (4-3) y siguió siendo agresivo para gozar de la primera bola de partido (6-5), que el balear salvó con una gran derecha.

 El ritmo del partido era altísimo y Djokovic volvió a tener dos 'match-points', pero no pudo concretarlos y Nadal cerró el duelo, al resto, con su segunda pelota de partido, después de que el balcánico estrellara la bola contra la red. La emoción inundó al manacorí, que no dudó en tirarse al suelo, tras clasificarse para la final. Y la anécdota llegó con la entrada en la cancha de un niño, que imitó los gestos de su ídolo.