Así, aunque los anuncios emblemáticos como el de Tío Pepe, en la puerta del Sol, estarán exentos de cumplir esta norma, los primeros afectados serán los 'hombre-anuncio' que recorren, sobre todo, las calles del centro. En virtud de la Ordenanza, ya no se podrán portar cartelones anunciando determinadas actividades o establecimientos, según el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, no tanto por "razones estéticas como porque ataca la dignidad de las personas".
"Nos parece que obligar a alguien a soportar esos carteles y transitar por las calles ataca la dignididad de las personas. No lo prohibimos sólo por razones estéticas, sino porque el Ayuntamiento no debe promover esas conductas. Y puedo asegurar que quien será sancionado ante esta situación no será el 'hombre-anuncio', que es la persona vejada por estar sometida a ese trabajo, sino la empresa anunciadora, que es la responsable", añadió el primer edil.
Además, la Ordenanza crea una zona de especial protección y limita las condiciones de iluminación máxima, regulando su orientación en los soportes de manera descendente para eliminar la contaminación lumínica, entre otras cosas.