Martes 02 de septiembre de 2008
'Una noche con El Brujo' es el último espectáculo de Rafael Álvarez en el que el actor rinde homenaje al público y que llegará por primera vez a Madrid, al Teatro Infanta Isabel, a partir de este jueves, después de una larga gira de ocho años por España.
Así lo explicó este martes Rafael Álvarez 'El Brujo' durante la presentación de la función que por cuarto año consecutivo le permite estar presente en la temporada de este emblemático teatro de la capital que recientemente ha cumplido su centenario y que este otoño mostrará una nueva cara tras su remodelación. Enrique Salaberría, responsable de la sala, calificó de "acto único" este espectáculo que "constituye una de las experiencias más importantes para el público y para el propio actor".
'El Brujo', que no paró de criticar la ausencia permanente del alcalde de Madrid en sus espectáculos y también en los cuatro teatros más antiguos de la capital (el citado Infanta Isabel, el Reina Victoria, el Alcázar y el Lara), aludió asimismo al ministro de Cultura, César Antonio Molina, "que se ufana públicamente de no saber de teatro", señaló, "aunque esto para un responsable político no es una excepción", matizó.
"Aunque las instituciones creen apoyar el teatro y es verdad que en parte lo hacen, piensan sin embargo que deben favorecer sólo al teatro público, que representa apenas el 20 por ciento de lo que se hace en este campo", lamentó. El actor achacó esta falta de interés de los responsables de las distintas Administraciones a que esta actividad "no les sirve para promocionarse políticamente y por eso no les interesa tanto", apuntó.
Envidia y miseria
En 'Una noche con El Brujo', que nació hace ocho años de una propuesta que le hizo la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Rafael Álvarez explicó que se trata de una "reflexión sobre el hecho de estar vivo después de 30 años en escena".
El actor afirmó que en todo ese tiempo no ha cambiado en el mundo del teatro "ni la envidia ni esa miseria dorada de estar con la incertidumbre y que, por otro lado, nos hace grandes y que reconvertimos en elemento poético", manifestó.
Según el actor es el público el que sostiene el teatro, "el que permite que un actor pueda sobrevivir pasando de los críticos, de las instituciones e incluso de los autores, porque en mi caso soy yo mismo", dijo. "Y todo esto lo he aprendido con hambre, como le pasó a Lina Morgan o a Darío Fo", agregó. "Por eso en este espectáculo me entrego al público y lo hago con el instrumento de la palabra poética que me enseñó mi padre", explicó.
En 'Una noche con El Brujo', título de resonancia británica, Álvarez habla de su infancia, de sus primeros maestros (como Miguel Narros o José Luis Alonso), de su abuela y hasta del cura de su pueblo.
Textos de Fray Luis de León ('La canción de la vida solitaria'), Francisco de Quevedo ('Gracias y desgracias del ojo del culo') y San Juan de la Cruz ('Una noche oscura del alma') conforman también el grueso de esta función en la que se intercala el humor propio de este artista, que ya se ha hecho popular por afrontar todos sus trabajos escénicos en solitario. "Trabajo mejor solo y me va bien. Cuando hay más actores todo se vuelve muy complejo. ¿Para qué complicarme la vida?", se preguntó.
Obra emblemática
Asimismo, 'El Brujo' confesó que en sus 30 años de profesión no se ha arrepentido de nada de lo que ha hecho tanto en teatro como en cine o televisión. Recordó especialmente su colaboración en 'La taberna fantástica', de Alfonso Sastre, una producción que catapultó su carrera y que le permitió que directores como Mario Camus, Manuel Gutiérrez Aragón o Lluis Pasqual le llamasen para trabajar con ellos.
Rafael Álvarez está ahora pendiente de un nuevo proyecto teatral, una producción del Centro Andaluz de Teatro (CAT), que se materializará en otoño de 2009. Se trata de un espectáculo unipersonal con texto de Fernando Quiñoñes sobre la vida de un cantaor flamenco contada por otro cantaor que se sitúa en el Cádiz de la posguerra.