Es evidente que si queremos provocar cambios radicales en la movilidad no debemos demorar en planificar su implementación y aplicarla en la medida que lo requiera el retorno de las actividades en sus viejas y nuevas “formas”.
A nuestro criterio, se debe trabajar entre dos (2) escenarios urbanos extremos: la movilidad en urbes con poblaciones que no superen los 150.000 hab. y las megalópolis.
Entre ambos extremos deben acomodarse las medidas en la planificación.
En el escenario de urbes con poca población el factor “transporte público colectivo” prácticamente desaparece y no requiere ser contemplado en la planificación y resulta protagonista principal la bicicleta, motos y vehículos de movilidad personal (vmp).
Todo lo contrario ocurre en el escenario límite de la “megalópolis”, donde el “transporte público colectivo” resulta INSUSTITUIBLE (físicamente resulta imposible reemplazarlo por el privado y personal en función de la ocupación dinámica de calzada).
A partir de la definición del punto en que se encuentra la urbe seleccionada, entre ambos extremos de la escala, deberá planificarse su “nueva” movilidad.
A nuestro criterio dicha planificación deberá considerar, principalmente y sin ser taxativo:
Cada una de estas consideraciones involucra a otras que hacen a su eficiencia.
Ahora bien, esta labor debe ser encarada por cada jurisdicción cuanto antes y bajo la mayor responsabilidad política competente en la materia.
Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV