Por Raúl Heras
Jueves 02 de julio de 2015
Ocurra lo que ocurra con la crisis griega, voten lo que voten los griegos en el Referéndum planteado porTsiprassobre las ofertas de la Unión Europea, por encima y por debajo de las declaraciones de todos los líderes sobre la salida o permanencia de Grecia en el euro - sin que existan mecanismos de expulsión de la moneda única - lo cierto es que la batalla de las elecciones generales en España ha comenzado y en territorio griego.
De aquí a finales de año y con los Presupuestos Generales del Estado aprobados como medida de presión y referencia para todos los contendientes, vamos a vivir un aluvión constante de referencias a la crisis griega, a sus problemas, a sus soluciones y a la responsabilidad que tiene el partido Syriza en el desastre que vive el país heleno, olvidando de forma interesada los antecedes políticos y partidistas que llevaron al triunfo de la coalición de la izquierda.
DesdeMariano RajoyaPablo Iglesiaslas posturas se van a mantener en torno a dos postulados esenciales : ¿tiene la culpa del drama griego la izquierda en el poder que se resiste a aplicar las medidas que le exigen desde Europa; o tiene la culpa esa misma Europa acaudillada por Ángela Merkel que busca con su presión sobre Grecia la salida del poder de Syriza para evitar que en otros países ( lease España ) cunda el ejemplo y formaciones como Podemos alcancen el poder y sientan la tentación de copiar la actitud de Tsipras yVaroufakis?.
Elegir la respuesta a esas dos preguntas va a llevar a nuestros políticos a plantear las elecciones generales sobre el modelo de país y de política económica y social que se quiere para los españoles. Grecia va a ser la excusa para atacarse unos a otros. En los extremos estarán Mariano Rajoy y Pablo Iglesias pero también tendrán que definirsePedro SánchezyAlbert Rivera. Desde el PP hablaran de todos los males que nos esperan si Podemos llegara a gobernar, pasando de la Venezuela de Maduro a la Grecia de Tsipras sin solución de continuidad. Desde Podemos insistirán en que las políticas del PP son las que han conducido a la insolidaridad social y a los más de cuatro millones de parados. Entre ellos, los otros dos jugadores con carácter nacional tendrán mucho cuidado en aproximarse a uno u otro, tendrán la tentación de mantener la equidistancia en la búsqueda del centro político. Puede que a Sanchez y Rivera, sin querer, la batalla polarizada entre Rajoy e Iglesias les venga muy bien y puedan presentarse a los españoles como las " soluciones" a los extremos de la derecha y la izquierda.
Habrá vencedores y vencidos en la batalla griega, pero será difícil precisar hasta que punto y en qué medida ganan y pierden los contendientes. Si gana el no en el referéndum, que es lo más probable, seguirán las negociaciones que terminarán en un acuerdo con cesiones por ambas partes. A Europa no le conviene una Grecia sin euro y a Grecia jugar con dos monedas le podría llevar al colapso financiero. Una muy delgada línea separa las posturas. Más que de economía , de lo que están hablando los dirigentes europeos es de política, de si existen o no alternativas a la línea oficial que emana y se dirige desde Berlín más que desde Bruselas o Estrasburgo.
Es cierto que España no es Grecia, que nuestras economías no se parecen y que las medidas tomadas ya por los respectivos gobiernos desde hace siete años son muy diferentes, pero las actuales soluciones del país heleno sirven para plantear alternativas en nuestro país. Y puede que también en otros que aparentan mirar para otro lado pero que, en el fondo, también utilizan a los dirigentes griegos para neutralizar en la medida de sus posibilidades a la canciller alemana, como son Francia e Italia. Experimentar con conejillos de indias que hablan griego siempre es más cómodo y seguro.